Totti: “Si te gusta lo que haces, cuando se abre la cortina, los problemas se van”

Totti es parte del show Let’s Rock en el Circo de Rusia hasta el 1 de setiembre en el Jockey Plaza.

Payaso
Payaso

Por: Laura Tarrillo

Totti tiene 37 años en la vida real y en las tablas, los mismos años del espectador. Su trabajo es uno de los más complicados: hacer más feliz a la gente. Pertenece a la quinta generación de una familia de payasos y hoy interpreta a un rockero en el Circo de Rusia.

¿Qué hace un payaso en un día difícil para sonreír y hacer reír?

Es difícil sobrellevarlo cuando no tienes experiencia, pero el público no tiene la culpa de si te duele la cabeza o si te has peleado con tu pareja, todo eso se debe quedar en el backstage cuando se abre la cortina. Yo aprendí a lograrlo.

¿Cómo?

Agarro una caja imaginaria en la que meto mis problemas y la cierro con una llave imaginaria. Luego, la dejo en backstage. Si de verdad te gusta lo que haces, cuando se abre la cortina, los problemas se van y solo piensas en hacerlos reír.

¿Cómo llegas a trabajar en un circo? ¿Vienes de una familia con esta tradición?

Sí, mi padre es español y mi madre alemana. De parte de mi madre, su familia ha trabajado con elefantes, camellos y caballos y son directores de un circo en Alemania. De parte de mi padre, todos son payasos.

Entonces, te criaste siempre bajo la carpa.

Sí, yo crecí en general en circos, no en uno específico. Los artistas trabajan en circos por periodos. Por ejemplo, ahora estamos en Perú, luego vamos a Francia y a Alemania.

¿A qué edad fue tu primer acto en el circo y de qué se trató?

Mi primer número fue a los 4 años y fue como payaso junto a mi padre, y es exactamente lo que hago ahora con mis hijos. Ese número lo presenté en 1986 en el Circo Nacional de Suiza.

¿Qué hizo que decidas compartir tu presentación con tus hijos en el circo?

Como yo crecí en un circo, cuando veía a mis padres actuar, siempre quise entrar a la pista hasta que un día me dejaron salir. Desde entonces, no me pude imaginar haciendo otra cosa y lo mismo pasó con mis hijos. Charlie, el primero, empezó a los 2 años como payaso.

¿Alguna vez trabajaste en algo distinto a ser payaso?

Tuve un acto con animales y lo de cantar es mi pasión privada. Lo bueno de ser payaso es que todo lo que te gusta en la vida lo puedes meter en el acto. Un payaso no tiene una receta de cantar o hacer malabares. Un payaso descubre a su niño, los deseos que tiene y los saca.

Si bien dices que no hay una receta para ser payaso, ¿crees que existan características indispensables para dedicarte a esta profesión?

Un buen payaso debe tener la cabeza de un viejo, el cuerpo de un joven y el alma de un niño.