El mítico líder de Patria Roja y dirigente de la izquierda peruana, Alberto Moreno Rojas, explica el papel de la izquierda de cara a los siguientes procesos electorales.,Después que saliste de la clandestinidad agarraste la condición de mito. ¿Qué rescatas de esos 30 años en la sombra? Estar en una situación de ese tipo no es nada agradable ni deseable. Son las circunstancias que te obligan, pero la política no se hace desde la clandestinidad, la política hay que hacerla de cara a la gente, el gran problema que tuve cuando salí de esa etapa es que no estaba preparado lo suficientemente para hacer la vida política abierta, porque uno se forma una sicología, un temperamento de ver las cosas propias de la clandestinidad. PUEDES VER: Fernando Zavala sobre uso de facultades: "Tenemos herramientas para lograr un Perú mejor" ¿Algún provecho habrás sacado de tu “cárcel” voluntaria? Para tener mayor madurez, mayor serenidad, no exagerar el papel de la persona, el individualismo. Soy una persona modesta, que no tiene un afán de figuración, que entiende la política como un compromiso personal y como un sentido de responsabilidad con la sociedad. Cuando uno alcanza la mayoría de edad, ¿cómo se suple esto, la falta de energía física? Con la experiencia, la madurez, la reflexión, que es lo que más podemos dejar. ¿Cuál ha sido tu obra maestra en la política, Patria Roja? Soy fundador de Patria Roja, impulsor de Izquierda Unida, pero también me faltó la fuerza suficiente para que esos proyectos puedan desarrollarse. Sí pues, sigue siendo minúsculo Patria Roja, electoralmente hablando. En general no somos lo que debemos ser, porque hay mucho conservadurismo, la gente no se atreve a cambiar, el peso de las costumbres es tan grande que se resiste al cambio, y no hay cosa que la política sea exitosa si no vas cambiando de acuerdo a las condiciones, y no vas proyectando figuras también, y eso es un segundo defecto mío, siempre estuve reservado. No me preparé para la acción política abierta. ¿Has recibido un nocaut en la política, has arriado las banderas de la izquierda? No, nunca, no había razón, aunque tuviera las mayores dificultades y la mayor derrota no lo haría, porque las derrotas son parte de la vida, de la lucha, no se construye ni se conquista nada grande sino teniendo algunas derrotas, y seguramente estas son la mejor oportunidad para aprender, porque te obligan a reflexionar, te obligan a descubrir qué pasó. Nadie es eterno en esta vida. ¿Antes que cierres tus ojos verás un proyecto de la izquierda en Palacio de Gobierno? La vida es efímera, aspiro a construir un proyecto unitario que garantice la posibilidad de llegar al gobierno, pero más importante es la capacidad de gobierno, se puede llegar a gobernar, pero difícil es hacerlo, resolver los problemas, tenemos que prepararnos políticamente, moralmente, técnicamente, mentalmente. Ustedes van de frustración en frustración con cada elección. Si nosotros hubiésemos logrado lo que planteamos, una gran unidad, un solo frente, un solo programa, un solo candidato, las elecciones pasadas, el panorama del Perú sería distinto, no habríamos ganado el gobierno, pero seríamos la segunda fuerza electoral, se hubiese pasado a la segunda vuelta y si hubiese habido mentalidad estratégica, hubiéramos aprovechado esa oportunidad para construir el tejido social para atraer a la intelectualidad, para buscar canales de comunicación con la juventud, para construir una fuerza sólida, grande. Aparte de la unidad se necesita liderazgos en la izquierda; contigo se terminará algún día los escasos líderes que queda en la izquierda peruana. ¿Por qué no surgen figuras de peso? Por perjuicios, por las divisiones, porque cada uno mira de acuerdo a sus ambiciones particulares, y los líderes no surgen por cientos, hay personas que tienen condiciones y sería bueno que los apoyáramos. ¿Qué chance tienen para el 2021, Verónika Mendoza, Gregorio Santos (si no lo meten preso) y Marco Arana? Como liderazgo, Verónika Mendoza tuvo una oportunidad y la está perdiendo; Santos tiene el problema que tú señalas, su gestión no fue buena y ahora mismo lo cuestionan porque no asume la responsabilidad para lo que lo eligieron: para gobernar, no para candidatear. ¿Por qué se quebró tan temprano la relación con Santos, cuál fue el detonante para romper relaciones que terminaron con su expulsión de Patria Roja? Porque él construyó su propio proyecto, al margen del proyecto que tenemos. ¿No tenía derecho de alzar vuelo propio? Es lo que está haciendo. ¿Eso es malo? Si tú tienes un partido, tienes que actuar en la lógica de un partido. Nosotros lo habíamos lanzado como precandidato, porque veíamos en su persona una potencialidad importante, pero muchas veces cuando llegas a gozar de cierto poder te obnubilas, pierdes el sentido de la realidad, piensas que todo el mundo está tras tuyo, que eres el líder histórico, entonces vienes a trabajar sobre la base personal, es que eso es parte de nuestra cultura también, el caudillismo es una herencia que viene desde la colonia que sobrepasó toda la república, hasta el presente, aquí no tenemos una cultura de institucionalidad. ¿Qué es el presidente actual, qué partido representa, qué estructura? Es un individuo. A propósito, peor aún si ese individuo está secuestrado por el fujimorismo... No creo que esté secuestrado, sino que es débil, ambos se necesitan, en esta compulsa que han tenido ambos se han debilitado, por eso es que han buscado una forma de salir de esa situación, porque el programa que tienen es común. ¿Y quién gana con este debilitamiento? Gana la posibilidad que se construya una alternativa distinta, que sea seria, madura, con capacidad de plantear respuestas a los problemas del país, este es un momento extraordinario para la izquierda, si sabemos entenderlo y adecuarlas a las condiciones, desgraciadamente no se está entendiendo, estamos dividiéndonos cuando debiéramos juntarnos, porque los pueblos al final confían en la gente que tienen posibilidad de victoria. ¿Tienes todavía la posibilidad de convocar a las fuerzas de izquierda? Estamos en eso, estamos convocándolas, estamos conversando, esperamos que madure. ¿La izquierda está para llorar? No, la izquierda debe estar preparada para luchar, para vencer, para superar sus limitaciones, convencerse de que hay muchas cosas que corregir y avanzar. ¿Qué quisieras que pusieran un día en tu epitafio? No estoy anunciando tu muerte. (Risas), bueno, yo no quisiera un epitafio, sino que me incineren, que mis cenizas las arrojaran al río donde yo nací (Huaytará).