Relatos con aroma a Pisco

Un buen shot de pisco puede convocar recuerdos o fantasmas. O llevarte por historias truculentas donde alguien pierde el alma o la vida. O proveerte un viaje en el tiempo para ser un soldado o un esclavo. El pisco, puede ser un buen motivo para contar historias. Eso es Cordón y rosa, diez relatos sazonados en destilado de uva, que nos dejan con la cabeza dando vueltas.

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"Aquí me tienes otra vez. Un poco más viejo y desmejorado, cacheteado por la vida, como me dicen en el barrio, pero feliz de venir a cantarte con mi botella debajo del brazo. Sé que no te gusta verme así. Pero el pisco me humedece los recuerdos. Entra con fuerza por los pasadizos más secretos. Irriga. Inquieta y ablanda. Hasta que se empoza discreto en el alma”, dice Oswaldo Estrada en Cumpleaños, un cuento triste y hermoso, matizado con pisco puro.

Cordón y Rosa es un compilatorio en donde el editor, José Donayre, ha juntado una buena selección de autores con un sencillo requisito: que las historias eviten la redundancia pisco peruano y la antinomia pisco chileno. Además ha convocado escritores que admira y aprecia por su trayectoria literaria. Él ha llamado a este proyecto narrativo “una vendimia de ficción ajena o alejada de todo chauvinismo o reivindicación fanática, sin más intención que vincular dos productos exquisitos -pisco y cuentos sobre esta bebida espirituosa- desde lo prístino hasta lo contemporáneo”.

En todas las historias el pisco es parte vital de la trama o del misterio. En el cuento Secretos de fábrica, de José Guich, un giro de último momento convierte un relato de tintes bucólicos en una inquietante historia de ciencia ficción o de terror. En Sombra, de Tania Huerta, a un esclavo le es revelado el secreto de la exquisitez de un pisco y debe resguardarlo con su vida. “… nunca, pero nunca, debes revelar su existencia -dijo don José Francisco apuntando a Manuel a la cara con su dedo amenazante-. A nadie Manuel, ni a negro ni a blanco, si quieres seguir viviendo, si no quieres que tu pellejo cuelgue en la puerta del galpón”.

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Estas aromáticas ficciones también tienen como telón de fondo la nostalgia. Así ocurre en el cuento El Garrafón, de Rocío Uchofen, en donde la protagonista recuerda, muchos años después, el día que conoció a los amigos de un taller de escritura, la celebración de un cumpleaños, una damajuana de pisco que quedó vacía y tirada en un rincón, y las fotos que en el futuro le traerán el aroma de esos días.

“Nada de lo que ofrece la vida de ahora reemplaza la inocencia y cariño de aquellos tiempos. [...] Todo lo que veo hacia atrás tiene la textura de las fotografías que solía revelar con la esperanza de que todas las tomas fueran buenas, en esta nueva época de teléfonos inteligentes con cámaras increibles la duda ya no existe, las imágenes se desechan o se comparten [...]. Todo lo que era promesa yace en alguna esquina, asi como la damajuana al final de la noche, con su pico paralelo al suelo”.

“Cordón y rosa” se llama a las burbujas que aparecen en una botella de pisco al ser agitada. El remolino de la parte superior es la “rosa” y la cola de burbujas que sigue a las de arriba es el “cordón”. Por ello el titulo del libro.

Se trata de un conjunto de relatos con diversos tonos y variados temas. El resultado ha sido agradable, como un buen chilcano, un pisco sour o un shot de pisco puro. “Agua de uva quebranta. Agua más pura que el agua”, decía el escritor José Hidalgo. Es un buen libro de homenaje a un licor que nos representa. Quien se sumerja en sus páginas encontrará historias extrañas, tristes, misteriosas, nostálgicas. Y brillando en ellas una botella o una copa del destilado de uva, el alabado pisco.

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