El expresidente Donald Trump busca mitigar la controversia generada por los comentarios despectivos hacia Puerto Rico, mientras los republicanos critican a Joe Biden por sus declaraciones sobre los seguidores de Trump. La tensión se intensifica en un contexto electoral clave em Estados Unidos rumbo al 5 de noviembre.
La reciente controversia se desató tras un mitin en Nueva York, donde el humorista Tony Hinchcliffe se refirió a Puerto Rico como “una isla de basura flotante”. Trump, en un intento por calmar las aguas, afirmó: “Nadie quiere a la comunidad puertorriqueña más que yo”. Sin embargo, las palabras de Biden, quien dijo que “la única basura que veo flotando por ahí es la de sus partidarios”, han avivado el fuego entre los dos partidos.
Mientras Trump evita disculparse por los comentarios de Hinchcliffe, argumenta que no es responsable de lo que un comediante dice. En un mitin en Pensilvania, Trump se rodeó de figuras latinas, como la senadora Zoraida Buxo, para reforzar su apoyo entre la comunidad puertorriqueña y latina, afirmando que ha hecho más por Puerto Rico que cualquier otro presidente.
En su intento por recuperar la confianza de los puertorriqueños, Donald Trump recordó su gestión durante el huracán María, cuando lanzó rollos de papel higiénico a la multitud como parte de la ayuda humanitaria. A pesar de las críticas por sus comentarios pasados sobre la isla, el ex presidente sostiene que ha proporcionado una financiación histórica y que su administración se preocupa por el bienestar de los puertorriqueños.
En el mitin de Allentown, Trump enfatizó su compromiso con la comunidad latina, afirmando que “nadie quiere a nuestra comunidad latina y a nuestra comunidad puertorriqueña más que yo”. Este mensaje busca contrarrestar las percepciones negativas que han surgido a raíz de los comentarios de Hinchcliffe y de su propia retórica en el pasado.
Por su parte, Joe Biden ha intentado aclarar sus comentarios, explicando que se refería a la retórica ofensiva de los seguidores de Trump y no a los puertorriqueños en general. Sin embargo, su declaración ha sido interpretada por los republicanos como un insulto a sus bases, lo que ha generado una respuesta indignada de figuras como el senador Marco Rubio, quien defendió a los seguidores de Trump como “patriotas que aman Estados Unidos”.
La confusión en las palabras de Biden ha llevado a los republicanos a intensificar sus ataques, recordando que en 2016 Hillary Clinton también descalificó a los seguidores de Trump. La comparación ha sido utilizada para reforzar la narrativa de que Biden y los demócratas no valoran a los votantes de Trump, lo que podría tener repercusiones en las próximas elecciones.
Con aproximadamente seis millones de puertorriqueños viviendo en Estados Unidos, y más de medio millón en Pensilvania, el apoyo de esta comunidad es crucial en el contexto electoral. Las tensiones recientes han llevado a los republicanos a preocuparse por la posibilidad de perder el apoyo de los votantes latinos, especialmente en un estado tan decisivo como Pensilvania.
Trump, al hacer hincapié en su amor por Puerto Rico y su compromiso con la comunidad latina, busca no solo mitigar el daño causado por los comentarios de Hinchcliffe, sino también consolidar su base de apoyo en un momento crítico de la campaña electoral.