La contienda presidencial en Estados Unidos para 2024 ha cobrado un tono decisivo con la presencia de Kamala Harris, quien —como candidata demócrata— enfrenta a un fuerte oponente: Donald Trump. Ambos candidatos se preparan para realizar sus cierres de campaña en momentos estratégicos y sus discursos finales serán cruciales para atraer a los votantes indecisos.
En la recta final, la campaña de Harris busca distanciarse de las controversias que han rodeado al actual Gobierno y presenta una agenda progresista que incluye temas de justicia social. Trump, por otro lado, se centra en reforzar su imagen de protector de los valores tradicionales de Estados Unidos, en una campaña que mantiene alta la tensión entre ambos partidos.
La vicepresidenta Harris se postula en un intento de revitalizar a su partido y ganar el apoyo popular, mientras que Trump confía en su base conservadora. Foto: Europa Press
Los cierres de campaña de los candidatos presidenciales de Estados Unidos suelen programarse en las semanas previas a las elecciones del 5 de noviembre de 2024. Kamala Harris ha anunciado que sus actos finales se llevarán a cabo en importantes estados del medio oeste, que incluye visitas a ciudades clave como Detroit y Milwaukee, donde espera captar el apoyo de la clase trabajadora y de comunidades urbanas que se identifican con su visión de país. Estos eventos están planeados para la última semana de octubre, en coincidencia con los mítines más destacados de su campaña, en los que se espera que Harris aborde temas centrales como los derechos de las mujeres, el acceso a la salud y el medioambiente.
Por su parte, Donald Trump ha optado por realizar sus cierres de campaña en estados del sur y en zonas rurales del país, dado que apela a la base de la "América profunda" que siempre le ha sido fiel. Entre los lugares destacados, se encuentran Texas y Florida, donde el expresidente reforzará sus posturas sobre economía, seguridad y un patriotismo que ha defendido fervientemente. Trump busca cerrar su campaña con un tono de promesa de "recuperación y fuerza nacional", lema que ha estado presente en sus discursos.
La estrategia de campaña de Kamala Harris se centra en impulsar una agenda de corte progresista, que incluye propuestas para fortalecer el sistema de salud, fomentar la equidad de género y apoyar los derechos de la comunidad LGTBIQ. Harris ha subrayado la necesidad de avanzar en temas de derechos humanos y justicia social, con un enfoque especial en la economía inclusiva y sostenible. Entre las medidas que ha propuesto, se encuentran reformas para ampliar el acceso a servicios básicos y reducir las disparidades económicas, una postura que ha ganado respaldo entre jóvenes y sectores moderados.
Donald Trump, en cambio, ha mantenido su postura de defender los valores conservadores, por lo que se centra en temas de seguridad y fortalecimiento económico. El expresidente ha declarado en múltiples ocasiones que Harris representa a la "izquierda radical", con el argumento de que su visión podría poner en peligro las tradiciones estadounidenses. Aunque esta etiqueta no se ajusta del todo a la propuesta de Harris, la retórica de Trump ha tenido eco entre sus seguidores. Asimismo, ha reforzado temas como la reducción de impuestos y el crecimiento económico a través de políticas de incentivo a empresas y proyectos energéticos tradicionales.