Sobre el embate institucional en marcha del fujimorismo.,La columna de hoy pregunta, claro y directo, sin rodeo, si Fuerza Popular (FP) quiere, realmente, vacar al presidente Pedro Pablo Kuczynski. La pregunta surge en la última semana por el súbito embate de FP contra varias instituciones, incluyendo la presidencia de la República, que significó un retroceso grave en la mejora del clima político que brotó con el cambio de gabinete, y que repone, lamentablemente, el debate de la vacancia presidencial y, como respuesta de sobrevivencia, la disolución del Congreso. Se pensaba que ese dilema se había superado por un buen tiempo, pero FP no pudo esperar ni dos meses del gabinete Aráoz para romper la calma chicha y amenazar, en prevención de las noticias de Brasil, al TC para destituir a cuatro miembros; al fiscal de la Nación para inhabilitarlo; al ministro del Interior para declararlo ideólogo del MRTA; y, claro, a PPK por no aceptar la emboscada de los payasos del circo de la Comisión Lava Jato bajo el riesgo de una acusación que es tan ilegal que hasta el Apra y AP le han dicho a FP que, en ese ridículo, sorry, no lo acompañarán. Pero FP insiste, de la mano de una constitucionalista de cenacape como Úrsula Letona en el absurdo de citar con tanta majadería al presidente, que a estos pedidos ya se les ve el fustán de una vacancia con tufo a golpe. Las señales de empujón institucional no son nuevas y empezaron casi con el anuncio de la derrota electoral de Keiko Fujimori, con una pataleta sinfín que ya preocupa mucho, tanto por ella como por el país. El empellón se pone fuerte por momentos –como en estos días– pero por ratos baja su intensidad, especialmente cuando FP se percata de que la imagen de prepotencia le hace daño ante la opinión pública. Volviendo a la pregunta de esta columna: ¿quiere FP vacar al presidente PPK? Hay días en que eso parece bastante claro, hay otros en que no tanto, pero lo evidente es que no tendrá ningún reparo en llegar hasta las últimas consecuencias si creen que eso le conviene a su interés particular. El ADN de FP parece llevar la autocracia, y esto haría que Letona se sienta Martha Chávez; Karina Beteta actúe como Carmen Lozada; Héctor Becerril como Gilberto Siura: Miguel Torres como su padre; o Luz Salgado como Luz Salgado. Como dijo Talleyrand de los borbones cuando regresaron al poder después de Waterloo, y no duraron mucho en el trono: “No aprendieron nada, no olvidaron nada”. Esta demolición democrática de FP no le conviene a ellos, y menos al país.