“En primer grado se olvidaron de escribir correctamente”: retos que afrontan los docentes tras retorno a las aulas
El regreso a las aulas ha permitido que los maestros y alumnos se reencuentren, pero ¿qué secuelas trajo la COVID-19 a esta nueva normalidad? Tres docentes retratan su experiencia y los nuevos desafíos en los centros educativos.
El sector educación se ha visto afectado durante estos dos años de pandemia de la COVID-19, ya que los colegios, institutos y universidades no han podido abrir sus puertas para evitar posibles contagios. A su vez, desde el Ministerio de Educación, se ha tenido que implementar clases virtuales como Aprendo en casa para no detener la formación de los estudiantes. De otro lado, los maestros de todo el Perú también han tenido que afrontar el reto de adaptarse a la virtualidad y separarse del contacto físico con sus alumnos, a la espera de un futuro incierto y de nuevas normas para sobreponerse a las dificultades que supone la educación híbrida.
El reciente retorno a clases presenciales y la ausencia de docentes en las aulas —en especial de colegios de primaria y secundaria— desde 2020 hace que este miércoles 6 de julio sea un Día del Maestro especial, dado que los educadores han retomado la enseñanza de sus conocimientos ante una nueva normalidad, que los obliga no solamente a garantizar una enseñanza de calidad como lo han venido haciendo, sino que además deben tratar con niños, niñas, adolescentes y jóvenes que presentan secuelas emocionales por el aislamiento, así como brechas en el nivel de aprendizaje.
Alegría, pero también preocupación al retornar a la presencialidad
Emociones encontradas fue lo que sintió la profesora Flor Vilca Perales, de la I.E. 22303 Santa Rosa de Lima (Ica), al volver a entrar en contacto con los niños en las aulas, y aseguró sentirse alegre de que esto se dé. “Se hicieron extrañar bastante. No es lo mismo la comunicación virtual y presencial”, comentó en entrevista a La República.
Sin embargo, ha tenido que trabajar actividades socioemocionales con los menores, ya que algunos presentaban ansiedad y temor no solo por la falta de contacto con otros compañeros de su edad, sino también por el miedo de contagiarse de coronavirus.
Flor Vilca ha mencionado que se realiza junto con los alumnos ejercicios de reintegración para que vuelvan a sentirse cómodos. Foto: cortesía
Esta maestra, con 24 años de servicio en el nivel primaria, dijo que percibía a los niños y niñas “más predispuestos al desarrollo del trabajo en equipo”; no obstante, afirmó que las complicaciones para acceder a internet se han visto reflejadas en el desarrollo de sus competencias, lo cual le genera frustración.
“Podemos decir que los maestros tenemos un gran reto porque las aulas están diversas. No todos avanzan igual, porque (en estos dos años de virtualidad) no todos estaban bajo la dirección docente, sino por sus padres o familiares”, manifestó.
Flor Vilca en un compartir navideño con sus educandos. Foto: cortesía
Perder el empleo en pandemia y adaptarse a la enseñanza virtual
La pandemia también significó la pérdida de empleo para varios docentes, quienes tuvieron que postergar sus funciones y autogestionar su aprendizaje de nuevas tecnologías para poder acoplarse a la nueva realidad. Ese fue el caso de la profesora de inglés Jennifer Aguilar Piña, de la I.E. Santa Rosa (Trujillo), quien manifestó que las consecuencias del aislamiento “puso a prueba al sector educativo a nivel mundial”.
“El espacio predilecto para recibir clases ha sido el aula, pero la COVID-19 reconfiguró el proceso tradicional, presentando retos y oportunidades para el sector educativo. Por ello, nos hemos visto obligados a reforzar estrategias de la presencialidad con la virtualidad”, indicó a este medio.
Resulta más que evidente que la socialización y reintegración en los niños y niñas se han visto menguados tras los dos años de ausencia en las aulas. Así lo confirmó la maestra de inglés, pero agregó que, gracias a la motivación por parte de los docentes, los estudiantes están poco a poco disfrutando nuevamente de la libertad de jugar con sus compañeros en un espacio seguro.
Jennifer Aguilar junto a sus alumnas en una foto del recuerdo. Foto: cortesía
“El resultado del confinamiento ha afectado a muchos niños: presentan miedo, ansiedad, angustia. Es imposible que todos los colegios tengan un psicólogo, pero para eso están los docentes, para afrontar este problema”, indicó.
El contacto físico con las niñas le ha devuelto la emoción de ejercer su profesión, ya que en más de 20 de años se ha familiarizado al lenguaje tierno e inocente de los menores, a quienes imparte sus conocimientos con canciones y dibujos.
“(En el confinamiento) se sentía raro hablar con una máquina que me decía las cosas (en clases virtuales). Ahora puedo abrazar a una niña, puede sentir mi calor humano de cerca. Si tiene esa niña algún miedo, yo la puedo alentar y decir ‘no pasa nada’. Me siento feliz de volver a clase, y percibo que es mutuo, lo noto en sus sonrisas”, detalló.
Soporte emocional a alumnos para mejorar respuesta en aprendizaje
La misma emoción ha sentido la maestra cusqueña Claudina Condori, quien enseña Comunicaciones en la I.E. Túpac Amaru de Cusipata. De esta manera, expresó que vivir el retorno a clases, ver a los niños para conversar y jugar ha sido sanador para ella.
Aseguró que se ha enfermado de preocupación por la distancia de los menores. “Estoy contenta de verlos nuevamente y ver cómo se desenvuelven en sus trabajos: para nosotros es una alegría”, indicó.
No obstante, lamentó que la pandemia haya afectado “la parte emocional de los estudiantes” debido a que han estado “encerrados” y “no se han relacionado con sus amigos”.
Los alumnos de la maestra Claudina Condori tras un partido de fútbol. Foto: cortesía
La docente de Comunicaciones ha resaltado el ímpetu de sus educandos para aprender en este retorno a la presencialidad, ya que dio a conocer que la mala señal de internet en las comunidades de la sierra ha afectado el incremento de sus conocimientos. Por el contrario, ha notado un evidente retroceso.
“Los estudiantes se han vuelto más tímidos, no han querido participar. En primer grado, se han olvidado de escribir correctamente. En cuarentena, yo estaba preocupada y desesperada cuando no se conectaban todos los estudiantes. Veíamos que la enseñanza no era como los años anteriores”, formuló.
Claudina Condori lleva 18 años ejerciendo la docencia. Foto: cortesía
Acompañamiento emocional ayudará a mejorar rendimiento académico
A nivel emocional e intelectual, los niños se han visto afectados por la pandemia y su reintegración es el reto más grande que tienen los docentes. Esto se puede lograr a base de procedimientos de acompañamiento y estimulación, por lo cual se necesita que el profesor sea capacitado para realizar pausas activas con ciertos ejercicios físicos “que puedan influir en el cerebro y hacer que hormonas como el cortisol, que es la del estrés, pueda disminuir en los niños”, explicó la psicóloga Consuelo Llontop.
Asimismo, propuso que se fomente una escuela de padres a fin de que estos puedan guiar a sus hijos y que la labor no se quede solo en la escuela, sino que continúe en casa.
La especialista, afirmó que es de suma importancia trabajar en restaurar y mejorar el área emocional del menor, ya que esto se verá reflejado igualmente en su capacidad para aprender.
“El primer trimestre debe ser más enfoque emocional. Si se empodera al alumno en un 80% al nivel emocional, el 20%, que es el tema intelectual, se aprende al toque; se adhiere obviamente con un acompañamiento de acuerdo al nivel de cada niño. Pero si nos enfocamos en un 80% en el tema intelectual, ahí sí se va a ver la desventaja y el desbalance. Si bien es importante los aprendizajes del colegio, es prioritario que en especial se enfoquen en el tema emocional”, puntualizó.