¿Cuál es el precio del dólar HOY?
Sociedad

Coronavirus: médico psiquiatra analiza irresponsabilidad ciudadana

Carlos Bromley asegura que desafiar las medidas sanitarias hace que el virus les parezca a los jóvenes más pequeño o inexistente. “Sucede que estas personas necesitan sentir tener el control de sus vidas”, dice el especialista,

Carlos Bromley, médico psiquiatra. Foto: La República
Carlos Bromley, médico psiquiatra. Foto: La República

Mientras la pandemia del coronavirus avanza en el país, el último fin de semana hubo más de 40 fiestas y otras reuniones sociales en distintas localidades de Lima y del interior del país que terminó con la detención de cientos de infractores.

Las autoridades advirtieron que estas transgresiones ponen en riesgo a la ciudadanía. Hacer fiestas o reuniones sociales es muy peligroso, donde hay muchos lugares de uso compartido.

Las partículas de virus son factibles de contagiar a grupos grandes. Permanecer en lugares cerrados o mal ventilados, o abiertos pero hablando, sin mascarillas, porque si es que lo tienen se lo van a sacar para tomar o comer, sin distanciamiento social, porque van a estar bailando, es un posible foco de contagio si hay alguien infectado.

Hay que luna y mil veces: las reuniones de muchas personas, en espacios cerrados, son las peores que hay. ¿Cómo se hace para poner límites?, ¿por qué alguien se anima a hacer una fiesta?, ¿por qué la gente se atreve a ir?. Las últimas respuestas la tiene el médico psiquiatra Carlos Bromley.

REBELDÍA O DESOBEDIENCIA

“Sucede que estas personas necesitan sentir ‘tener el control de sus vidas’, y hacerlo a su manera para sentir que existen, como una forma de disfrutar esa condición que les permite ser independientes, tener relaciones, trabajos, conducir autos, votar en las elecciones, tener cuentas bancarias, etc.

La rebeldía o desobediencia a las normas de aislamiento social forma parte de ese paquete de actividades sin el cual tendrían que mantener una condición no adulta y que les permite afirmar “a mí no me van a decir lo que tengo que hacer”, “yo, soy adulto, hago lo que quiero”. Eso los hace incumplir las indicaciones sanitarias de protección y seguridad frente a la pandemia”, afirma el especialista.

Luego añade: “Otro punto es que las personas están tan egoístamente ocupados en vivir su mundo, en el que anhelan la conexión humana, sus relaciones y formas de desenvolverse, que aspiran disfrutar de sus vidas al tope, en la que la negación de la interacción social durante períodos prolongados les causa un fuerte dolor emocional y, la obvian, descuidando lo grave que es la pandemia y no internalizan la información suficiente para cuidarse, para algunos de ellos la COVID-19 parece un problema lejano que tienen que enfrentar solo los adultos mayores o los que tienen comorbilidades.

Es triste, sí, pero no es su carga. Eso los hace poco empáticos, por lo que tampoco se preocupan de llevar la enfermedad a sus casas y contagiar a quienes viven con ellos, sean sus padres o abuelos”.

EL VIRUS LES PARECE INEXISTENTE

Por eso -dice Bromley- viven una especie de omnipotencia que no acepta los límites, que en este caso es el límite entre la vida y la muerte, repitiéndose “esto no es verdad”, “no está pasando”. Cuando necesitan disfrutar de sus vidas, no puede ser que haya algo que se los impida y los acerque a la muerte, y es allí que aparece la negación, tienen tanto miedo a enfermarse y morir, que tomar contacto con algo que puede acabar con sus vidas es muy traumático, es preferible mirar a otro lado y vivir como si no existiera.

Desafiar las medidas hace que el virus les parezca más pequeño o inexistente. Para evitar esto, no existe receta mágica, hay que hablar con ellos, encontrar la fórmula para que cumplan las indicaciones para solucionar pronto la pandemia. No funcionará ningún proceder más que el que nazca de ellos mismos.

Periodista profesional, egresado de la Escuela de Periodismo Jaime Bausate y Meza. Me gusta explicar, enseñar, compartir. A lo largo de mi carrera he cubierto casos resonantes que nos ha tenido más horas en la computadora que lo habitual, siempre aferrado a un estilo, que combina datos, análisis, entrevistas, crónicas.