Chancay, ese puerto existe

Se ha puesto en marcha una gran oportunidad para el Perú que no debemos desaprovechar.

La gran Blanca Varela publicó su primer poemario basado en sus memorias de Supe, el puerto norteño, titulándolo Ese puerto existe. Parafraseamos el nombre para hablar ahora de Chancay, el gran terminal portuario que se acaba de inaugurar y que podría dar un giro trascendental al desarrollo nacional si las autoridades lograsen entender lo que realmente se requiere para lograrlo.

Según un reporte de la Universidad Católica, se trata de una oportunidad histórica siempre y cuando se resuelvan temas básicos para incorporar a Chancay en el proyecto integral de desarrollo del norte chico y lograr que el dinamismo del puerto se traduzca también en mejoras para la región y para todo el país.

En primer lugar, urge la planificación de vías de comunicación, de áreas para la construcción de viviendas y negocios y la dotación de agua, luz y servicios de comunicación, modernos y suficientes para la “nueva Chancay”, la ciudad proyectada alrededor de la actividad del puerto.

Según un informe de la PUCP, una población actual de 60.000 personas va a convertirse, en 10 años, en aproximadamente 260.000 personas. Atraídas por la labor portuaria y por los servicios que se van a requerir, buscarán ocupar esta nueva tierra de oportunidades .

También la Panamericana Norte, con la nueva actividad portuaria, vería incrementado el flujo del transporte en más del 50%. Con el colapso actual del tránsito en esa zona urgen trabajos para adaptarse a la nueva realidad. Y en ese campo es poco lo que se ha hecho. Se corre el riesgo de un crecimiento desordenado y caótico, generando aún más informalidad e inseguridad.

Es el campo de labores del Ministerio de Vivienda y del Ministerio de Transportes y Comunicaciones, pero se necesita que el Mef ordene y destrabe proyectos prioritarios que se encuentran paralizados ante la falta de un plan sinérgico que haga posible que Chancay sea el motor del desarrollo que estamos esperando. Los grandes proyectos requieren un plan armonioso con la ciudadanía, el medio ambiente y las inversiones. No ha sido este el caso, por lo que urge un mayor nivel de coordinación y cooperación. La visión de futuro es básica y requerimos tener claro el horizonte. Chancay ya es una realidad y podría ser una de las ultimas oportunidades para garantizar el sueño peruano de desarrollo y modernización.

La República

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