Un genuino payaso electoral, por Mirko Lauer

“Es improbable que el sátrapa cumpla con el acuerdo, y pronto veremos algunas sanciones volver, e incluso aumentar”.

Nicolás Maduro en campaña electoral es un espectáculo repulsivo. Sobre todo cuando él sospecha que puede perder en las urnas. Se dedica a difundir mentiras, amenazas, lugares comunes que le sirvieron en el pasado, tonterías mixtas, y nuevas promesas que no piensa cumplir, ni podría. Todo con un par de lentes ahumados de caficho tropical, obvio consejo de un especialista.

 Las encuestas están más o menos 50%-20% en contra suya, y entonces Maduro declara sin empacho que correrá sangre si él pierde. También declara que subirá los ingresos del trabajo si él gana (nunca ha hecho sino bajarlos). Luego dice que liquidará el Tren de Aragua, aunque se le sindica como el fundador de esa transnacional delictiva.

Hay de todo. Dice que él es el “candidato fuerte” y el principal opositor Edmundo Gonzáles Urrutia el “candidato débil”. La cosa es al revés, pero Maduro extraña el tiempo en que podía ganar elecciones llamando majunches (debiluchos) a sus opositores. Lo único fuerte que tiene este tirano es el respaldo cubano a todo nivel.

A medida que se acerca el día de la votación, Maduro se va poniendo bestia: detenciones a activistas electorales opositores, atentado contra la caravana de María Corina Machado, y un verdadero vómito de bravatas presidenciales por todas partes. Todavía es posible que veamos cosas peores de aquí al 28 de julio venezolano.

Todos son viejos trucos, como resondrar a sus ministros en las manifestaciones (“Esto me lo arregla en 20 días”), tácitamente culpándolos de los problemas de Venezuela que han causado el gigantesco éxodo de casi ocho millones de ciudadanos pauperizados. Por supuesto que nada pasa en 20 días y el ministro sigue en su sitio, igual que su jefe.

Maduro ha aceptado estas elecciones luego de que los EEUU le ofrecieron levantar y suavizar por un semestre las sanciones que le impiden vender petróleo y gas, los dos mayores ingresos del país. Es improbable que el sátrapa cumpla con el acuerdo, y pronto veremos algunas sanciones volver, e incluso aumentar.

Los editores de Foreign Affairs ven tres posibilidades: elecciones relativamente normales más inicio de negociaciones, manipulación de la jornada electoral en vísperas del voto, y por último la dictadura simplemente veta a Gonzáles Urrutia. En verdad, entre los analistas no hay grandes esperanzas. El chavismo ha cometido tanto que no puede soltar ni siquiera una parte del poder.

Mirko Lauer

Observador

Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).