Dina Boluarte: 56 días sin dar la cara

Finalmente, ayer encerraron a los periodistas para evitar interacción con la mandataria.

Se ha convertido en un imposible para la prensa lograr alguna declaración de Dina Boluarte sobre cualquier materia. Ella se escuda en las fuerzas de seguridad que la pertrechan y la mantienen alejada de cualquier intercambio con medios de comunicación.

Lejanos están los días en los que citaba a los medios de comunicación para mostrar los aretes de Unique o se sentaba al lado de su entonces defensor, Mateo Castañeda, para dar inverosímiles respuestas sobre el origen de su bien equipado juego de relojes y joyas de lujo. Ahora se escabulle y apela a sus ministros para que sean sus abogados defensores y a sus dos voceros, uno de ellos autorizado por la ley y otro que procede informalmente, sin otra excusa que integrar el equipo de asesores de la presidencia para hacerlo. Algo inédito.

En esta ocasión, y ante la posibilidad de verse cara a cara con la prensa, no quedó otra estrategia que encerrar a los periodistas en unas oficinas mientras ella recorría las instalaciones del COEN durante el simulacro 2024. Incluso, más de 50 efectivos policiales se colocaron como barrera para impedir el libre acceso de los hombres de prensa.

Hasta el momento, distintas organizaciones que defienden el derecho a la libertad de prensa y de expresión se han pronunciado por esta restricción al desarrollo profesional del periodismo y consideran que se está estableciendo un peligroso precedente.

La presidenta del 5% tiene mucho que explicar al país. Ha evitado hacerlo ante la Fiscalía, que la ha requerido para que determine el origen de los bienes que lució en eventos públicos, debidamente fotografiados y filmados. Ahora impide que la prensa cumpla su rol de control del poder, mostrando la faz autoritaria de un régimen que languidece.