Vacancia, adelanto electoral, vienen de la mano. El partido Perú Libre la propone como un castigo a Dina Boluarte por haber sido pescada con un reloj de lujo en la muñeca. Es poco probable que la vacancia se alcance, pero las ganas de que ella se produzca ya son sintomáticas de por sí. Hay en PL ansias de río revuelto, entre otras cosas.
Es bastante claro que la duración de Boluarte viene consolidando un orden conservador. La manera que encontró un PL de ayudar a un líder al filo de la cárcel ha sido un arreglo con Fuerza Popular, que incluye una asociación con Boluarte. En esa situación el PL del 2026 no va a tener votos para pasar la valla del 5%.
La solución a lo anterior es simple: romper con la derecha a cuyos brazos se ha entregado el partido. Pero esa ruptura significa prisión automática para Vladimir Cerrón. Pero el río revuelto les permitiría las dos cosas: romper el pacto vergonzante y mantener la CEO del partido libre. Vacancia y adelanto ofrecen eso, piensan.
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Pero hay una mayoría del Congreso que no necesita castigar a Boluarte, y cuyo interés N° 1 es durar todo lo posible. Un desorden producido a partir de una vacancia tiene fuertes posibilidades de impedirles llegar hasta el 2026. Para los congresistas, sin excepción, sacar a la presidenta sería dispararse al pie.
De otra parte, pensar que se podría retirar a Boluarte y permanecer todos calentando sus curules un par de años es una ilusión. Imaginen nomás a Alejandro Soto en el papel de Valentín Paniagua o Francisco Sagasti. Lo primero que haría sería tratar de prolongar el 2026 un par de añitos más. Río revuelto es río revuelto.
Si de lo que se trata es demostrar la independencia de PL, respecto de la alianza que le da vergüenza, pedir vacancia no basta. La verdadera señal de que eso se ha roto será la captura de Cerrón. Lo demás es un juego de espejos. Pero si se trata de incomodar a la alianza Keiko-Dina, el pedido de vacancia sí funciona. ¿Pero para qué sirve?
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Quien debe estar nerviosísimo es Pedro Castillo. No dudemos que uno de sus abogados le ha vendido la idea que si Boluarte cae, Castillo vuelve. En efecto, castillos en el aire.
Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).