Secret electronic love, por Mirko Lauer

"Sabemos que una conversación adulterina revelada a gran escala puede liquidar un matrimonio y, quizás en menor medida, la ocupación de un alto cargo". 

A estas alturas del siglo es de Perogrullo, pero hay que decirlo: las comunicaciones amorosas clandestinas a distancia son peligrosas para las personas con poder. Muchas más parejas irregulares han sido detectadas en los teléfonos celulares que en las puertas de los hoteles. Las famosas redes capturan más transgresores que los detectives especializados en el tema.

Alguien dirá que la electrónica es un riesgo en toda comunicación con algo que ocultar. Mucho antes del celular existía el chuponeo. Pero hay una cierta diferencia. El romance tiende a aflojar las lenguas mucho más que la política o los negocios. Quizás la idea es algo así como ¿quién puede querer hacerles daño a dos personas que se quieren?

En realidad mucha gente que no quiere a los que se quieren en este caso. Hay una vulnerabilidad de lo íntimo que puede ser aprovechada desde varios ángulos: conspiradores, chismosos, chantajistas o incluso silvestres fisgones. Los enamorados se desvisten de su poder y hablan con toda pasión, toda sinceridad, toda confianza.

Sabemos que una conversación adulterina revelada a gran escala puede liquidar un matrimonio y, quizás en menor medida, la ocupación de un alto cargo. Sin embargo, parte del encanto de un romance clandestino es la idea de que nunca va a ser descubierto, y en esa medida hay en esas conversaciones arriesgadas un desafío, a todo y a todos.

Hay países liberales donde estos deslices son invariablemente perdonados a los políticos, luego del leve castigo de un escándalo en los medios. En el Perú esto se produce muy a medias, y tiene mucho que ver con la importancia de uno de los pescados, o ambos. Se puede tener demasiada importancia, o muy poca, como para sufrir un castigo drástico.

En cualquier caso no es el amor sino la política lo que ha cambiado en el Perú. Hubo un tiempo en que no se hurgaba en la vida privada de los políticos, y de las personas en general. Hoy esta es una industria en plena expansión. Habría que saber cuántos políticos hay llevando adelante romances capaces de hacer sonrojar a Cupido por teléfono.

El fondo de todo el asunto es que si ya no hay privacidad en las comunicaciones, menos puede haber clandestinidad. Siempre ha sido difícil para los enamorados secretos darse citas.

Mirko Lauer

Observador

Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).