Gran Orquesta de Domínguez sufre grave accidente

Historia de amor: crimen y política, por Augusto Álvarez Rodrich

Los políticos peruanos se llevan bien con el crimen organizado.

Decíamos ayer que la grave crisis de inseguridad de Ecuador no solo podía pasar en el Perú, sino que ya ocurre, pero las escenas dramáticas de Guayaquil aún no sucederán por el sólido nexo del crimen organizado con parte del poder político.

Los cuatro factores que llevan a Insight Crime a perfilar la crisis de inseguridad en Ecuador coinciden en el Perú: tránsito internacional de cocaína; atomización de las bandas; organizaciones criminales extranjeras; y un estado no preparado para la amenaza (acá, le roban la pistola hasta al guardaespaldas del hijo de la presidenta).

La globalización ocurre en todos los ámbitos, incluyendo los negocios formales y criminales (droga, minería, tala, trata), y así como las corporaciones avanzan a nuevos mercados sin que los límites de naciones sean obstáculo, las mafias se extienden más allá de su país de origen: varias bandas del Ecuador también operan en La Libertad.

Las bandas compiten —como cualquier corporación— entre ellas para defender mercados o ganar nuevos, pero, en su avance, identifican que el estado es un obstáculo y deben reclutar para su estructura a autoridades, ya sea comprándolas mediante el financiamiento de campañas o con sobornos al funcionario que sea necesario.

También, matándolas. En Ecuador, en agosto, alias ‘Fito’ mandó a asesinar al candidato Fernando Villavicencio por sus propuestas contra el crimen y ayer armaron el desmadre en Guayaquil con la advertencia en el canal de televisión y que también hicieron leer a los policías secuestrados: “Para que sepan que no se debe jugar con las mafias”.

En el Perú es difícil —aún— que eso ocurra, pues los políticos se llevan bien con las mafias. No hay campañas fuertes contra el crimen organizado y varios congresistas están a su servicio, como los ‘chalecos’ del Reinfo. Ningún político se ha comprado el pleito. Cuando eso ocurra, recién todo cambiará.

Y cuando las mafias creyeron que perderían influencia a la caída de Pedro Castillo —un aliado del crimen organizado—, financiaron protestas mostrando como advertencia caravanas de camionetas 4x4 Hilux. Como se dieron cuenta de que todo sigue igual, ya las guardaron y las movilizaciones, por falta de financiamiento, se desinflaron.

Augusto Álvarez Rodrich.

Claro y directo

Economista de la U. del Pacífico –profesor desde 1986– y Máster de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy, Harvard. En el oficio de periodista desde hace más de cuatro décadas, con varios despidos en la mochila tras dirigir y conducir programas en diarios, tv y radio. Dirige RTV, preside Ipys, le gusta el teatro, ante todo, hincha de Alianza Lima.