Congreso aprueba retiro de la CTS

Soto en su ley, por Maritza Espinoza

“Algún día la historia reivindicará a este pobre hombre. Aunque, valgan verdades, ya comenzó a hacerlo…”.

Sinceramente, no entiendo hasta ahora por qué esta implacable persecución contra alguien tan intachable, íntegro y transparente como don Alejandro Soto, esa lumbrera de nuestra política que no por nada está encumbrado en el cargo que le corresponde por absoluta afinidad y coherencia: la presidencia del Congreso.

Por ejemplo, solo de un odio surgido de la envidia más caviaresca puede explicarse que se acuse a don Alejandro de haber nombrado a su cuñada como personal de su oficina.

¿Cuñada? ¡No, señor! La dama es solamente la-hermana-de-la-madre-de-su-hijo, porque él ya ha dicho que la señorita mami fue solo un olvidable choque y fuga.

Y todos sabemos que los caballeros no tienen memoria.

Hay quienes cuestionan que ella, la mami, fuera como invitada a la galería del Congreso el día de su juramentación como presidente. ¿Qué querían? ¿Que el niño fuera caminando solito a presenciar ese acto imprescindible para alguien de su edad? Que la damisela en cuestión aplaudiera a rabiar y, luego, pusiera corazoncitos en sus redes con el nombre de Soto solo demuestra que lo sigue amando, como todos los que lo conocen.

A propósito, tampoco entiendo por qué lo señalan como ‘mochasueldos’, solo porque sus trabajadores decidieron poner de la suya para defenderlo en redes sociales y, de paso, insultar con justo enojo a sus enemigos políticos. ¡Eso se llama gratitud, señores! Don Alejandro no tiene la culpa de ser un jefe tan, pero tan bueno que no se mete en lo que sus empleados hagan en sus ratos de oficina.

En fin. Algún día la historia reivindicará a este pobre hombre. Aunque, valgan verdades, ya comenzó a hacerlo cuando, gracias a una ley providencial, una infame calumnia que lo tachaba de estafador quedó prescrita. Que la ley haya sido propuesta y votada por él es un detalle insignificante: lo importante es que su inocencia quedó, una vez más, demostrada. Y, ya lo dice el dicho, a quien Dios se lo dio, San Pedro se lo bendiga.

Maritza Espinoza

Choque y fuga

Periodista por la UNMSM. Se inició en 1979 como reportera, luego editora de revistas, entrevistadora y columnista. En tv, conductora de reality show y, en radio, un programa de comentarios sobre tv. Ha publicado libro de autoayuda para parejas, y otro, para adolescentes. Videocolumna política y coconduce entrevistas (Entrometidas) en LaMula.pe.