No debe sorprender que la primera alza de precio con impacto político haya sido la del limón. El gremio de los cevicheros utiliza ríos de su jugo, y son muchos los platos peruanos cuya mejor sazón depende del producto. El hombre del MEF metió la pata cuando invitó a comer, en vez de ceviche, arroz con mariscos (al que no le cae mal algo de limón).
El alza no solo afecta al consumo de ceviche, sino también al del pisco sour, la limonada, y de numerosos postres. Además es un indicio de que la caída en el ritmo de inflación es una verdad muy a medias. Ahora que aparece en tantas fotografías y videos, el limón se ha vuelto incluso más atractivo, lo cual no ayuda a bajar el precio.
Ya antes hemos visto limones en el centro de la política. A comienzos de este siglo vimos el choque entre una minera en pos de oro y los agricultores del espléndido limón de Tambogrande, Piura. Un argumento fue que ese oro dejaría a los peruanos sin ceviche. Manhattan Minerals perdió la batalla, pero luego llegaron los mineros ilegales.
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Las palabras del ministro Alex Contreras han caído mal porque, aun contra su voluntad, lo instalan como defensor de los altos precios del limón. Su invitación a sustituirlo no está siendo vista como un juego de oferta y demanda, que puede terminar reduciendo el precio, sino como un llamado a la resignación. Lo rodea, pues, una aureola ácida.
¿Qué va a pasar ahora? Es poco probable que veamos un movimiento de alejamiento del ceviche y abrazo a los arroces. En todo caso no con mariscos. En una encuesta de GFK del 2019 el top de los mercados peruanos era el arroz con pollo. El ceviche ya era un plato caro antes de que subieran los limones, y es poco probable que el alza de estos días se revierta.
La idea de importar limones mientras dure la crisis no es mala, aunque los productores nacionales, afectados por El Niño, la van a tomar como un golpe bajo. Pero los consumidores urbanos son uno de los lobbies más influyentes en el país. En conclusión, Contreras está jugando con fuego. Mal si importa limones, mal si no baja esos precios rápido.
Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).