Revertir el crédito informal, por Kurt Burneo
“En medio de esta informalidad en el plano crediticio destacan por sus connotaciones criminales los préstamos realizados por prestamistas informales como los ‘gota a gota’”.

La informalidad es una condición que desde décadas está asociada a la economía peruana. Esta se manifiesta en distintos ámbitos: productivo, comercial, laboral, transporte, financiero, entre otros. Por las implicancias ampliadas y adversas sobre asuntos tan sensibles como la seguridad ciudadana me referiré a este último, en el plano crediticio.
La informalidad financiera –teniendo clara la limitación técnica de tratarla en términos agregados– implica la recepción de depósitos y otorgamiento de préstamos por entes no autorizados por la Superintendencia de Banca y Seguros y las AFP: casas de empeño, grupos de autoayuda y cadenas, operaciones entre amigos y familiares, etc.
En medio de esta informalidad en el plano crediticio destacan por sus connotaciones criminales los préstamos realizados por prestamistas informales como los “gota a gota”, llamados así por los reducidos, constantes y obligados abonos periódicos, pagos que, agregados en el tiempo, arrojan tasas efectivas altísimas, un detalle no menor, además, en la práctica, se han constituido en una variante del delito de extorsión, donde incluso puede ser asesinado cualquier prestatario que incumpla los pagos. Las connotaciones son serias: en el mundo informal por usos y costumbres, por ejemplo, piratear libros no te lleva a la muerte, incumplir tus deudas en el “gota a gota”, a veces, sí.
¿Qué factores principales explicarían la informalidad financiera por el lado crediticio? i) Falta de educación financiera, generando ello un caso de clara asimetría de información ente entidad y cliente, asimetría que como lo dice la teoría económica aumenta la probabilidad de decisiones ineficientes; ii) difícil acceso a la banca formal, flujos volátiles de ingresos, falta de garantías reales, requerimientos de información económica financiera formal ordenada en el tiempo, registro en Sunat, falta de planeamiento financiero; iii) agentes económicos con mala calificación crediticia; iv) efectos de la ley 31143 que establece topes a tasas de interés activas a créditos de consumo, créditos de consumo de bajo monto y crédito para las pequeñas y microempresas, originando el retiro de la cobertura crediticia formal a estos clientes más riesgosos.
Esta ley señala que tasas de interés por encima del límite fijado por el BCRP son consideradas tasas de interés de usura y tipificadas como delito, siendo de aplicación el artículo 214 del Código Penal. Según un estudio del IPE sobre los préstamos informales en el Perú, al menos 580.000 familias, esto es el 8% de los hogares urbanos, recibieron un crédito informal en el último año; siendo las familias de menos recursos un grupo relevante de receptores de este crédito. El 40% de encuestados ya había recibido un préstamo informal con anterioridad.
¿Cuál es el destino de estos créditos? Principalmente se destina para pago de deudas, inversión en emprendimientos y cobertura de necesidades básicas. El estudio proyecta que los préstamos informales implican S/1.000 millones por año representando el 79% de las colocaciones a microempresas. 22% de los créditos informales corresponden a los peligrosos “gota a gota”.
También se refiere a que casi el 50% del crédito informal implicó una tasa de interés anualizada de 500% a más, por otro lado, según un estudio del BCRP el 79% de los préstamos informales presentan una tasa de interés mayor al tope actual. Estos préstamos parecen más baratos que el crédito formal, pues el prestatario percibe menores costos efectivos frente a altos costos de transacción del mercado formal.
Más específicamente, el principal motivo por el que se opta por el mercado informal es la celeridad en el trámite, la casi ausencia de presentación de documentación formal y el espejismo de tasas de interés pequeñas. Como vemos la expansión actual del crédito informal y dentro del cual se encuentran mecanismos criminales como los préstamos “gota a gota”, son el resultado de varios factores que necesitan ser revertidos, debiendo irse mas allá del solo publicar un listado de entidades crediticias informales. Algunos dirán que los resultados se verían recién en el mediano plazo, pero la decisión –asumiendo que existiera voluntad política para ello– se debería tomar sin demora.







