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El Perú y las disputas globales

“Ante el control chino del litio, componente de la expansión de la industria china de autos eléctricos, emergen alternativas como el uso del sodio para baterías en Estados Unidos...”.

Los EE.UU. quieren prohibir el uso de TikTok en su territorio, por razones de seguridad, como antes prohibieron el uso de equipos de Huawei. No hay pruebas pero tiene sentido pensar que, dada la estructura de la economía china, en donde el partido comunista no está lejos del control de cualquier actividad, existan infiltraciones en el software con fines de espionaje. China, por su parte, no permite el uso de muchos servicios de origen estadounidense en su territorio, y bloquea medios periodísticos occidentales con asiduidad.

Un Tesla no puede entrar a instalaciones militares y los ciudadanos chinos no pueden acceder a la BBC, al tiempo que los mismos medios chinos son censurados activamente, mediante el Gran Cortafuegos de China, nombre coloquial al sistema regulatorio que existe en ese país. Las disputas en el espacio digital no implican que estemos ante una guerra fría como la del siglo XX. Si bien existen riesgos claros de conflicto, ambas potencias coinciden en mantener la globalización, la que ha permitido el crecimiento económico de China y el éxito de las industrias de la economía simbólica de EEUU.

Los conflictos al interior de la globalización, sin embargo, comienzan a mostrarse. La competencia por recursos naturales limitados es una manifestación específica de estas disputas. Ante el control chino del litio, componente de la expansión de la industria china de autos eléctricos, emergen alternativas como el uso del sodio para baterías en Estados Unidos. Ambas naciones buscan dominar el mercado de automóviles eléctricos en sus términos: dos hegemonías globales, con aliados definidos pero con intereses comerciales que requieren claramente mantener el orden económico global. La dimensión política no determina, como ocurría en la Guerra Fría, la ruta económica.

Nuestro país, que apenas cuenta con algunos recursos naturales, está en una situación singular: los alineamientos políticos podrán valer de poco ante la realidad geoeconómica, que claramente es distinta a la geopolítica. EEUU y Europa podrán promover la democracia y el Estado de derecho; China y Rusia el autoritarismo; pero ninguno de los dos bloques dejará de poner en primer plano la globalización capitalista.

Nadie espera que la cosplayer presidencial tenga ideas sobre esto, o sobre nada. Su elección de ministros, como el impresentable Becerra, demuestra que solo le preocupa sobrevivir apoyándose en quien sea. Pero hay que pensar cómo enfrentar esta geoeconomía capitalista: democracia o autoritarismo implican alineamientos geopolíticos dentro del gran sistema globalizado. Por pura inercia y falta de imaginación, estamos yendo a lo segundo. La pregunta obvia: ¿somos conscientes de lo que eso significa?

Eduardo Villanueva Mansilla

Profesor principal del departamento de Comunicaciones de la PUCP. Investiga sobre política y desigualdades digitales, y el contacto de estas con prácticas de la cultura digital, desde memes hasta TikTok.