El alcalde de Villa El Salvador ha decidido cambiar el nombre de la avenida principal y ponerle Luis Castañeda Lossio. Asimismo, planea levantar una gran estatua del fenecido exalcalde en la entrada al distrito. El detalle es que actualmente esa avenida lleva el nombre de un héroe de la Guerra del Pacífico y que las primeras estatuas de VES fueron a la mujer del pueblo y al general Velasco. Qué ha pasado para que Comunicore reemplace a estos tres poderosos símbolos nacionales e identitarios.
El punto de quiebre ocurrió al terminar los años 1980. Hasta entonces había un tejido social bastante denso y la gente estaba orgullosa de sus realizaciones en común. Los primeros municipios fueron de Izquierda Unida, Azcueta, y mantenían una correa de comunicación con la Cuaves, que representaba a los vecinos organizados territorialmente. El modelo funcionaba y era un símbolo de la cooperación entre sociedad civil y Estado, sobre todo a nivel local. A la vez, VES participó intensamente en la emergencia del liderazgo femenino popular que se extendió en Lima de los ochenta. Ese proceso se materializó en María Elena Moyano, quien emergió como lideresa en el momento más duro de la guerra interna.
En este conflicto, las contradicciones principales fueron internas. Sendero y en menor medida el MRTA reclutaron partidarios dentro de las instituciones de base y se hicieron presentes en sus liderazgos. No eran una fuerza externa ni la violencia fue quedar atrapado entre dos fuegos. En efecto, las fuerzas del orden hicieron lo mismo y la guerra fue disolvente. Se enfrentaron unos con otros y quienes se mataron se conocían. Por su parte, la violencia le tendió la cama a Fujimori.
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Alcalde de Villa El Salvador cambia nombre de avenida principal y le coloca Luis Castañeda Lossio. Foto: difusión
Las organizaciones populares estaban melladas por el nivel extremo de conflicto interno. En ese contexto reapareció el clientelismo, agacharse ante el poderoso que distribuye favores y prebendas. Por su lado, Fujimori entendió que esa dinámica era la suya. Aprovechó la ola y construyó su figura sometiendo y repartiendo, el clásico palo con zanahoria. El clientelismo enganchó con el cambio de modelo de acumulación.
Sobrevino el neoliberalismo que multiplicó la informalidad, sobre todo en distritos como VES, llenos de pequeños talleres y tiendas, pero donde no se han instalado fábricas ni tampoco grandes centros comerciales. Está lejos, en un extremo, y casi todos sus pobladores son micro productores. Su mundo es la competencia y el resultado con frecuencia es cero, alguien gana y otro pierde. La solidaridad horizontal es reducida y se limita a acciones puntuales. Como tales, propensas a ser resueltas por métodos clientelistas.
A la vez, una generación ha crecido viendo robar a todos los gobernantes. Desde los presidentes de la república hasta los alcaldes y gobernadores. A diario los medios de comunicación denuncian verdaderas mafias que han capturado al Estado. Obviamente es una generación descreída que ha preferido la promesa individual antes que la apuesta colectiva. Ese ánimo permitió el ascenso de un clan familiar que ha tomado control del municipio y lo maneja a su manera. Ese grupo de poder local ha competido por varios partidos, la última con Acuña, pero se orientan hacia el actual alcalde de Lima. Se han empoderado y con la iniciativa en favor de Castañeda buscan consagrar el cambio de identidad de VES.
Con cierta frecuencia se escucha decir que las narrativas definen el futuro de las sociedades. Es cierto. Aunque, más importantes son los símbolos. Ellos resumen la identidad y el alcalde de VES ha emprendido una batalla por el alma de su distrito. Pero, en esta oportunidad, está chocando con demasiados: los héroes de la guerra con Chile, la memoria de los campesinos y sobre todo las mujeres. Veremos.
Historiador, especializado en historia política contemporánea. Aficionado al tenis e hincha del Muni.