Opinión

¿Resistirá Dina hasta el final?, por Augusto Álvarez Rodrich

Dentro de todo, ese aún es el menos malo de los escenarios.

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Si se cree, como cree esta columna, que, dentro de la compleja situación política actual, en la que confluyen protesta legítima, violencia con motivación política, muerte, incomprensión y aprovechamiento en todos lados, el menos malo de todos los escenarios es adelantar la elección para tener nuevas autoridades este año y con Dina Boluarte al frente del gobierno hasta entonces, una pregunta relevante hoy es si su presidencia podrá resistir los distintos embates para que renuncie.

Es una resistencia difícil por la situación del país, la fragilidad de su gobierno y la fuerza de los diferentes embates para que renuncie hoy mismo.

Lo piden, por un lado, gente bien intencionada que considera inadmisible la continuidad de una presidencia con cincuenta muertes, y por el reclamo en varias protestas para que renuncie.

Salvo que se crea que la presidenta y su premier ordenaron matar contra la protesta —lo que esta columna no cree, lo que debe ser investigado por la fiscalía—, la renuncia de Boluarte no solucionaría nada y agravaría el escenario pues los promotores asolapados de la protesta lo entenderían como un triunfo político y pasarían a pedir más: liberar al golpista de Sarratea, cerrar el congreso y la asamblea constituyente. Un absurdo por donde se lo mire, y la aceptación de que la turba gobierna.

Lo cual lleva al otro embate contra Boluarte, el de quienes quieren concretar el gobierno cívico-militar que no hoy no existe pues creen que eso ayudará a su avance político, lo cual requiere agudizar la contradicción, poniendo a un presidente de origen castrense como José Williams y exacerbando la protesta violenta para propiciar más muertes y una acción militar extrema.

Es lo que busca ese frente conformado por sectores muy disímiles, desde las viudas de Pedro Castillo (la izquierda devastada por su alianza y complicidad con su gobierno inepto, corrupto y golpista; entidades debilitadas y sin rumbo como la CGTP; los herederos de Abimael Guzmán (Movadef, Fenate, Conare), tan metidas en ese gobierno; y mafias del narcotráfico, trata de personas y la minería y tala ilegales.

El menos malo de los escenarios sigue siendo adelantar la elección con Boluarte de presidenta hasta que se instalen quienes ganen la elección.