Contra la tenencia compartida

Congreso insiste con ley que afecta a los menores y pone en riesgo a las madres.

Por insistencia, se aprobó una ley que equipara derechos de los progenitores en relación a la tenencia de los niños. El tema controvertido es el resultado de homogeneizar un derecho que antes, por lo general, favorecía a las mujeres.

Con esta tenencia compartida, que fue observada previamente por el Ejecutivo, se abren varios peligros reales para las mujeres, quienes pueden ser presionadas y forzadas utilizando la tenencia de los hijos como mecanismo de presión.

La medida pone en riesgo a los menores que pueden correr el peligro de convivir con el victimario, si es que existe violencia doméstica en el entorno. También se está poniendo en peligro la pensión de alimentos que era un derecho adquirido y que con esta disposición emitida por el Congreso podría ser cuestionada por el otro progenitor.

De inmediato se pronunciaron en contra de la norma el Ministerio de la Mujer y la Defensoría del Pueblo. Ambos reclamaron por la desprotección latente en la que se coloca al niño, fin supremo de toda legislación sobre los derechos de familia. También, por la condición desfavorable para las mujeres contenida en la norma. A este reclamo se sumaron organizaciones civiles que también criticaron la disposición parlamentaria.

La Defensoría también señala que antes de esta homologación de derechos se ventilaba cada demanda de tenencia como un caso particular, y reclama que se mantenga este estatus para los procesos de tenencia.

El proyecto de ley promovido por los parlamentarios Patricia Juárez, Alejandro Aguinaga y María Cordero, del fujimorismo, se impuso por 68 votos a favor, 28 en contra y 18 abstenciones. La alianza de partidos conservadores se dieron la mano para imponer este nuevo retroceso en los derechos de las mujeres y que afecta, por igual, a los menores de edad.

La ola antiderechos que ha ido ganando posiciones dentro del Congreso está buscando afectar los avances obtenidos en el campo de las libertades civiles y los derechos humanos, principalmente los de las mujeres. Un Congreso con un nivel de aceptación por los suelos está arriesgando el futuro y la integridad de los más vulnerables, en este caso, los niños.