La ley de la selva

Congreso de la República alista nuevo retroceso en materia medioambiental.

El Congreso de la República se prepara hoy para dar un nuevo golpe a la defensa del medioambiente, al promulgar una ley forestal y de fauna silvestre que afecta directamente a la autoridad del Ministerio del Ambiente y su papel rector en el control de las amenazas que se ciernen contra el clima y el conjunto de la diversidad vegetal y animal de nuestro país.

Con esta norma se merma directamente la participación del Minam y se le abren nuevas tareas al Ministerio de Agricultura, que no es otra cosa que una autorización para decidir la zonificación forestal.

Los especialistas han señalado que se está dando paso a la ley de la selva, cuando precisamente en el contexto actual, en el que se está retrocediendo en materia medioambiental, al negarse por ejemplo a ratificar el Acuerdo de Escazú, la norma en cuestión sería un paso adicional en perjuicio de la agricultura sostenible, y más bien se estaría favoreciendo la deforestación ilegal y la invisibilidad de los derechos de los pueblos indígenas.

El Congreso ha sido precisamente quien se negó a dar visto bueno a Escazú, yendo en contra de todas las iniciativas de los expertos y de los propios tratados internacionales, y ahora prepara otro golpe con la aprobación de la autógrafa que modifica la Ley 29763.

Este nuevo paso hacia atrás en los derechos ambientales parece formar parte de una propuesta que busca consolidar la libertad empresarial en un sector en el que lo que sobra es la informalidad y la ilegalidad. La muerte de los defensores de los derechos de la tierra y las continuas amenazas en las áreas protegidas y la proliferación de la tala ilegal y otros ilícitos, producto de la minería informal, el narcotráfico, etc.

Cuando el mundo avanza hacia una mejor normativa que consolide la apuesta por el desarrollo sostenible y por la conservación del planeta luego de una extenuante carrera por el crecimiento de los Estados desarrollados y la expoliación de los recursos naturales en los países en vías de progreso, es inconcebible que un Congreso de la República retrógrado se preste para dar este nuevo paso atrás en materia de protección medioambiental.