Ayer recibimos en visita oficial al Secretario General de la Organización de los Estados Americanos, Luis Almagro. Ello refleja el sólido vínculo entre el Perú y el principal foro político del hemisferio, y los pilares en los que esta se asienta como son la democracia, los derechos humanos, el desarrollo integral y la seguridad integral.
Como uno de sus miembros fundadores, nuestro país ha sido también ferviente defensor de la solidaridad continental y del principio de no intervención– lo que Raúl Porras llamó” interamericanismo”–; habiendo realizado valiosas contribuciones en ese ámbito.
Una de las más significativas fue la que nos llevó a proponer y posteriormente adoptar, hace veinte años, la Carta Democrática Interamericana. Dicho instrumento consagra a la democracia como un valor hemisférico indispensable para sociedades respetuosas de los derechos humanos y garantes del desarrollo económico y social de sus pueblos.
La OEA cumple también otras labores fundamentales para nuestra vida política. Me refiero, por ejemplo, a la observación electoral a través de mecanismos independientes e imparciales llamados a certificar la transparencia y el carácter democrático de procesos electorales, tal como ocurrió en las elecciones generales recientes en nuestro país; o incluso a la lucha contra el problema mundial de las drogas, el terrorismo, la corrupción y otras amenazas.
La visita de Luis Almagro es de la mayor relevancia. Se realiza en los albores de un gobierno ungido por las urnas, que busca lograr un cambio social con responsabilidad macroeconómica, en consonancia con los principios y normas del derecho internacional y con los valores del sistema interamericano.
Se suscribirán dos acuerdos institucionales. Uno que promueve avances en la agenda interamericana de seguridad multidimensional y otro que apoya a las MIPYMES en el marco de la recuperación económica pospandemia.
Asimismo, está en curso el proceso de adhesión al Convenio del Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe (CREFAL), que no solo fortalecerá la educación, sino que coadyuvará a potenciar la capacitación docente en zonas rurales.
Es pertinente destacar que el Perú será sede de la próxima reunión de la Asamblea General de la OEA en 2022. En virtud de la política exterior descentralizada del presidente Castillo, su Gobierno evalúa que la cita se lleve a cabo fuera de Lima.
Todo lo anterior explica la trascendencia que reviste la presencia hoy en el Perú del Secretario General de la OEA. Ella no solo es testimonio de nuestro esfuerzo compartido en favor de la gobernabilidad democrática y la institucionalidad multilateral hemisférica, sino también en apoyo a la democracia y la estabilidad política que beneficie al pueblo peruano, especialmente de los más humildes.
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