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No es conservadurismo, es fundamentalismo

“La empatía no existe en el fundamentalismo, solo existe el dogma que violenta a lo que le resulta incómodo, a lo que se sale de su marco de comprensión”.

Las cosas hay que decirlas como son, si no, generan confusión y desorientan a la ciudadanía. La propuesta de López Aliaga y Neldy Mendoza, su vicepresidenta, no es una propuesta de derecha conservadora, que defienda en medio de un mundo convulso los valores tradicionales, ligados a la familia nuclear clásica.

Se puede defender esos valores e incluso la doctrina de la Iglesia sin ser dogmático. Sin agredir a las mal llamadas “minorías”. La propuesta que encabeza López Aliaga es más bien una propuesta fundamentalista. Marcadamente autoritaria.

Neldy Mendoza –hay que agradecerle a Marco Sifuentes por ponerla en el radar– se volvió viral en redes sociales por declaraciones suyas en torno a las mujeres y el rol que debemos jugar en la sociedad. Para ella nuestra principal función, si no la única, es la maternidad. Lo que se interponga debe ser erradicado, sean los anticonceptivos, o peor aún, las abuelas que nos enseñan que la vida es mucho más que solo ser madres. Para ella, esas son #AbuelasTerroristas.

Después de oírla, solo pude recordar a mis abuelas. Debo decir que me siento orgullosa de haber tenido dos que calificarían como terroristas para esta candidata a la vicepresidencia. Aunque para mí fueron dos heroínas que abrieron camino para que sus nietas pudiéramos ser más libres que ellas. Mujeres valientes que me han inspirado siempre.

Pero no se queda ahí. La señora se suma al conjunto de personas que creen que la violencia contra la mujer es, en la gran mayoría de casos, responsabilidad de la propia mujer.

Una de las tareas más importantes de la educación en el país, razón de ser del enfoque de género en la educación, es precisamente combatir los discursos que legitiman la violencia. Que no ocurra que una mujer golpeada tenga como primer mensaje al acercarse a poner una denuncia en una comisaría un “qué habrá hecho, señora”. La violencia contra la mujer no se puede justificar.

Y al ser preguntado por las declaraciones de su vicepresidenta, López Aliaga no solo la defiende, sino que señala que “toda la doctrina de género evidentemente va a ser erradicada”. Sin más. Sin una real reflexión sobre las condiciones de vida en violencia en la que estamos las mujeres.

Probablemente por eso no le tembló un pelo al decir, sobre el caso de Ana Estrada, que “si se quiere matar que se tire de un edificio, pero que no comprometa al Estado”. Simplemente no le importó siquiera ponerse en los zapatos de Ana. Comprender su situación y hablar con empatía. La empatía no existe en el fundamentalismo, solo existe el dogma que violenta a lo que le resulta incómodo, a lo que se sale de su marco de comprensión.

En estas elecciones nos estamos jugando mucho. El futuro del país depende de la decisión que tomemos. Miremos de manera integral las propuestas. Con una como la que representa Renovación Popular, las libertades estarán en riesgo.

Marisa Glave

Desde la raíz

Marisa Glave. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario La República. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Perú y el mundo.