¿Mal con Vizcarra, peor sin él?
La aprobación al presidente va cayendo pero sigue alta.
La gran sorpresa de la encuesta IEP publicada el domingo en La República, no es que la aprobación al presidente Martín Vizcarra haya caído en diez puntos porcentuales en los últimos dos meses, sino que, a pesar de todo lo que está ocurriendo con la pandemia, aún sean más los que lo respaldan que los que lo desaprueban.
La encuesta telefónica nacional hecha entre el 1 y el 12 de agosto, con un margen de error de 2.8 puntos, concluye que la aprobación al presidente cayó de 66% en junio a 56%, mientras que la desaprobación subió de 31% a 40%. A su vez, la credibilidad de Vizcarra es ligeramente mayor (52%) frente a los que le creen poco o nada (48%).
Siempre habrá quienes digan que las encuestas mienten –salvo cuando a sus preferidos les va bien–, un argumento difícil de contrarrestar pues es parte del análisis vudú de las cosas, mientras que otros sostienen que una encuesta telefónica es menos fidedigna que la presencial, lo cual es falso pues ocurre exactamente al revés.
Lo cual lleva a la paradoja de que, con resultados tan adversos en los dos frentes de la pandemia –la pérdida de vidas y de empleos–, la aprobación al presidente Vizcarra siga siendo mayoritaria e, incluso, que, ante una encuesta de intención de voto espontáneo, él aparezca en primer lugar con 15.9% seguido, con casi tres veces menos, de George Forsyth, Salvador del Solar y Antauro Humala.
El presidente no puede postular en el 2021, evidentemente, pero lo anterior puede explicarse por una suerte de creencia de que ‘mal con Vizcarra, peor sin él’ si se tiene en cuenta que el congreso es aprobado solo por 36%, mientras que el 62% lo desaprueba.
Pero, al paso que vamos, pronto llegará –quizá en un par de meses– el momento en el que, al igual que el parlamento, serán más los que respaldan al presidente Vizcarra que los que no lo hacen, algo relevante en un presidente que, sin partido ni bancada, tiene en su relación con la ciudadanía, expresada en el número de la aprobación popular a su desempeño, un indicador crucial.
La eventualidad de una presidencia menos popular de Vizcarra, en plena epidemia y durante una campaña electoral, con un congreso encabritado, puede ser una caja de Pandora.
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