Luis Orrillo P. Mayordomo general de la Hermandad del Señor de los Milagros de Nazarenas, ¿Qué se siente trabajar para el Señor de los Milagros? Gran satisfacción, para mí dirigir la hermandad es dar gracias a Dios por la bendición de haber sido merecedor de muchos milagros. ¿Cuál fue el milagro que le hizo decidir ser cargador? A los 12 años yo era un niño débil, tuve 11 días de agonía en las que me ponían oxígeno con alcohol. Ya me habían apagado las máquinas, mis padres ya se habían despedido de mí y hasta estaban buscando un sacerdote para que rece por mi alma y me diera la última bendición. ¿Y qué sucedió? En el momento que mi tía estaba rezando a una imagen del Señor de los Milagros, una enfermera entra a mi cuarto y le comenta que nos podía ayudar un médico de apellido Gonzales. Tras un gran trabajo para ubicarlo, el doctor se acercó a las 10 p.m. a mi habitación, primero leyó mi historial y dijo que era un caso perdido. Me hizo una incisión y ahora estoy aquí. Definitivamente ese doctor se convirtió en su ángel de la guarda... No, la enfermera lo fue. Un día al salir del colegio decidí ir a la clínica a agradecerle por habernos orientado. Sin embargo, al preguntar por ella me dijeron que la persona que describía se llamaba Margarita y que era imposible que la conociera porque hacía seis años que había fallecido. Milagros así de asombrosos habrá visto también entre los fieles. Recuerdo uno que ocurrió en 1987 cuando guardábamos en la iglesia un carro que contenía gran cantidad de cirios, los cuales son puestos en el anda. Al intentar entrar por una puerta chica, uno de los cajones aplastó el dedo del cerero que se convirtió en una manguera de sangre. ¿Cómo lo socorrieron? De la desesperación yo corrí al interior de la iglesia donde estaba el patrón de andas durmiendo en una banca, le insistí tanto que me ayude que se levantó y me dio una flor del anda diciéndome: “Ponle esto en el dedo”. Salí de inmediato y lo hice mientras esperaba que pasara un taxi. ¿A qué hospital lo llevaron? A ninguno, el hombre poco a poco dejó de quejarse, retiré la flor y su dedo estaba sin ninguna herida. Eso nos dejó sorprendidos a las cuatro personas que estábamos ahí, pero aún mayor fue nuestra sorpresa al ver que había sangre en el piso hasta llegar al anda, a pesar de que la persona herida no había pasado por ahí. ¿Esa fe inició cuando era niño? Sí, el único día que faltaba al colegio era el 18 de octubre, pues iba con mi mamá y mi hermano menor acompañando en la procesión desde la iglesia de las Nazarenas hasta la Plaza de Armas. En 1973 pude tocar por primera vez la vara del Señor y me sentí completamente dichoso. Con usted es que llega la tecnología a los recorridos procesionales. Nosotros comenzamos a adoptar la modernidad para poder tener una procesión más segura y ordenada. Empleamos el aplicativo con GPS, hemos entregado fotochecks con alta seguridad para los hermanos y comenzamos a usar los drones. Se empieza a usar drones a partir de los casos de acoso callejero... Así es, debido a la multitud de fieles que se aproximan a acompañar al Cristo Moreno se buscó evitar que sucedan este tipo de casos como también controlar los actos delictivos. ¿Qué actividades realiza la hermandad el resto del año? El Día de la Madre hemos ido a las maternidades y asilos a llevarles un presente, el Día del Padre fuimos a Manchay a repartir chalecos y en diciembre dimos regalos a niños de escasos recursos. Además, la hermandad brinda desayunos y almuerzos dominicales. ¿Se piensa aumentar esas obras de ayuda social? El próximo año pensamos ir a las cárceles para llevarles detentes, rosarios y darles una voz de esperanza porque todos tenemos derecho a una segunda oportunidad. El año pasado falleció un cargador durante la procesión. ¿Se han tomado medidas de precaución? Este año todos los miembros de la hermandad han pasado examen médico, hemos encontrado que casi la mitad sufre de la presión, obesidad y diabetes. Ahora depende de cada uno que lleve un tratamiento adecuado. Hay una cuadrilla adicional que se encarga de atender las emergencias médicas, ¿verdad? Sí, la Cuadrilla 16, la cual recibe anualmente capacitación para atender las emergencias de salud durante los recorridos procesionales. También hay dos cuadrillas más que son consideradas de servicio, que son la Cuadrilla 13, encargada de la conducción de la soga con apoyo de la Policía, y la Cuadrilla 14, la cual conduce bajo el palio al Santísimo. La ficha Nací en Lima hace 62 años y mi fe la heredé de mi madre desde niño. Cada año, ella me llevaba el 18 de octubre a la procesión. Ingresé a la octava cuadrilla de la Hermandad del Señor de los Milagros a los 29 años y llegué a ocupar cargos como miembro del Consejo de Disciplina y Relaciones Públicas. También tuve los cargos de jefe de protocolo y subpatrón de andas en el Monasterio de Las Nazarenas.