Puno: tejedores que preservan tradiciones ancestrales en el lago Titicaca
Isla Taquile. Este pedazo de tierra está situado sobre el inmenso espejo de agua que comparten Perú y Bolivia. Sus habitantes, tanto hombres y mujeres, tejen chullos y fajas diseñados con la iconografía de la cultura ancestral del lugar enraizada con los tiahuanaco, pucará e inca.
Taquile es una isla ubicada en el lago Titicaca a 36 kilómetros de la ciudad de Puno. En una embarcación que parte de la ciudad altiplánica, el viaje dura tres horas.
Históricamente, estos habitantes vivieron aislados. El aislamiento natural de la isla impidió que los colonizadores lleguen a estos territorios. Por eso mantuvieron la esencia de sus tradiciones ancestrales como el tejido.
El arte textil de Taquile es reconocido a nivel mundial. En 2005, la Unesco lo declaró “Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad”. Tres años después, pasó a formar parte de la “lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”.
Este oficio tiene sus orígenes en las antiguas civilizaciones que habitaron la isla: Pucará, Tiahuanaco, Colla e Inca. Los taquileños aprenden a tejer desde niños. Es una costumbre, dice el teniente gobernador de Taquile, Elías Quispe Mamani. Trabajan en el arte hombres y mujeres. El varón se especializa en el tejido a mano, elabora chullos, chalinas, guantes, vinchas y otros. Mientras que las mujeres, en el tejido a telar en piso, las mismas que confeccionan las fajas, chuspas, chalecos y otros.
Los chullos
El chullo es un gorro de punto con o sin orejera trabajado por los varones. Los colores y diseños varían según la edad del portador y estatus social. Hay variedades: el chullo autoridad, matrimonial, de uso diario y para niños dice Felipe Huatta Cruz, poblador del lugar.
El chullo autoridad se elabora con lana convencional, orejeras y colores del arcoiris. Al chullo matrimonial lo caracteriza el color rojo. Se hace con lana de oveja y lo utilizan al momento de casarse. Los solteros se calzan el chullo sin orejeras de color rojo y blanco.Los chullos de uso diario y de niños pueden ser elaborados a base de lana de oveja o lana convencional. Si es con lana de oveja estos pasan por un teñido con tintes naturales que existen en la isla.
TAQUILE. Isla natural a 38 kilómetros de Puno. De sus habitantes no se conoció hasta la década del 50. Por eso han mantenido sus tradiciones ancestrales como el tejido. Foto: Juan Carlos Cisneros
Las fajas
Otra prenda característica de los taquileños es el cinturón calendario o faja. Este representa los ciclos agrícolas, rituales y eventos de la vida personal o comunal. En este se observa seis zonas o suyos de Taquile y sus ciclos agrícolas. En esta prenda aparece el “suche”, pez oriundo del lago que pronostica buenos o malos tiempos. Huatta Cruz dice: “cuando el Suche está cerca de la orilla del lago será un buen año. Si el pez se aleja habrá sequía. Así como esta figura, existen otras once con significado especial del ciclo agrícola.
La faja diaria es otra variante del arte textil de Taquile. En esta predomina el color guinda y blanco, en el cual se representa los diferentes eventos de la vida y su relación con el medio ambiente, los astros entre otros. Una de sus figuras es la mariposa, que significa buena suerte. “Mis abuelos me decían que cuando la mariposa se acercaba a tu casa es señal de buena suerte”.
Otra de las figuras exploradas en estos tejidos es el cuy o conejo. Antiguamente y en la actualidad los pobladores andinos utilizaban dicho roedor para realizar “una ecografía” del cuerpo de una persona enferma. El cuy se le pasa sobre la persona enferma y, en lapso de algunas horas, habrá “un diagnóstico”, nos cuenta Felipe Huatta.
Huatta revela que debajo de la faja calendario o diaria existe la faja “mama chumpi” trabajada con lana de oveja de color blanco y negro. Además los artesanos introducen cabellos de mujeres en medio de la lana de oveja.
Las fajas son el soporte de la cintura que le permite al hombre de Taquile tener más fuerza para sus quehaceres, agrega Felipe Huatta.
El color de la vestimenta es distinto en mujeres y hombres. Las primeras optan por los colores negro y rojo, mientras que los varones negro y blanco.
En las últimas décadas, el turismo ha contribuido al desarrollo de la economía comunitaria de la isla. Los visitantes adquieren las prendas y hacen turismo rural vivencial. Los taquileños convirtieron sus viviendas en casas hospedaje. Ahí los turistas pueden dormir, degustar los platos típicos y conocer las tradiciones de los habitantes de esta isla.
La isla de Taquile actualmente obtuvo el sello de destino seguro. Las autoridades y pobladores implementaron los protocolos de bioseguridad para recibir a turistas nacionales y extranjeros.
Tejido en piso. Las mujeres elaboran fajas, chuspas y chalecos, mientras que los varones trabajan a mano. Foto: Juan Carlos Cisneros