Ximena Delgado: “Esto empezó como un juego, hoy somos una franquicia”

Por: Edgar Gamboa H.

Arriesgar. Apostarlo todo. Así podría resumirse la historia de Ximena Delgado, una joven empresaria que hace cinco años revolucionó el mercado de la dulcería en el Perú con la creación de King Kronuts, un emprendimiento de amigos, hoy convertido en una franquicia internacional.

¿Cuando empezó King Kronuts creíste que tu marca traspasaría nuestras fronteras?

No. Pero no porque no lo deseara, sino que hay que ir paso a paso. En realidad, esto empezó como un juego, un juego entre amigos en una cocina casera. Hoy somos una franquicia.

Cuéntame eso.

Empezamos en el 2014, después de que Rodrigo (Villanueva), mi socio, quien es chef especialista en dulces, me mostró los kronuts, un producto creado poco antes en Nueva York y que fusiona a las tradicionales donuts con los croissant. Ni bien lo probé me enamoré de la textura y el sabor de los kronuts, y supe inmediatamente que sería un éxito en ventas.

Tú eres administradora de profesión, ¿venías buscando una oportunidad como esa?

No. Yo estudié Administración pensando en especializarme en marketing; de hecho, yo estaba trabajando en una empresa y renuncié para dedicarme a esto. Fueron seis meses sin sueldo, pero no me equivoqué.

¿Fue una gran inversión?

Empezamos con 8 mil soles, que mi papá me prestó. Yo le puse las pilas a Rodrigo y comenzamos vendiendo por delivery. Yo misma repartía los pedidos que se ofrecían por redes sociales.

¿Y cómo pasaron a tener un local?

De alguna manera, nosotros introdujimos las kronuts entre los comensales, les enseñamos a disfrutarlas y a diferenciarlas de las donuts. En solo unos meses ya teníamos un público fiel que demandaba una mayor producción y un lugar para consumir nuestros productos. Así decidimos abrir el local de Lince y ampliar nuestra carta.

Me dices que las kronuts se crearon en Nueva York, ¿cómo hicieron?, ¿compraron la receta?

(Sonríe) No, fue un trabajo de varios meses. Mi socio fue probando ingredientes, una y otra vez, hasta que dio con la receta. No son muchos los lugares en el mundo donde se producen.

¿Por eso su público es tan leal?

Sí, porque ofrecemos algo que no encuentran así nomás, y lo hacemos con mucho amor. Usamos los mejores insumos y procuramos la mejor presentación posible, en todos nuestros productos. Tenemos un eslogan: de la foto al plato. Queremos que los propios comensales viralicen la marca.

¿Y lo han conseguido?

Así es. Hemos logrado que inversores extranjeros se interesen. Tenemos el local de Lince, otro en Miraflores, en Plaza San Miguel y este año se abrirá un King Kronuts en Chile.

Les va bien entonces...

Y nos irá mejor. Te lo aseguro.