Entrevista a José Ugaz Sánchez Moreno. Presidente de Transparencia Internacional y ex procurador anticorrupción.,El presidente de Transparencia Internacional considera que ha faltado voluntad política de parte del jefe de Estado para impulsar una real lucha contra la corrupción. Indica que ha tenido un buen discurso, pero pocas acciones concretas. Sobre el "perdón médico" para Alberto Fujimori, asegura que jurídicamente no procede. PUEDES VER Fiscal pide 25 años para Fujimori por crimen de 6 pobladores en Pativilca En su primer mensaje a la Nación, el presidente Pedro Pablo Kuczynski dijo que ser un país moderno es ser un país no corrupto. ¿Qué le parece lo que se ha hecho el primer año? El balance no es positivo, y es que el presidente nunca tuvo este tema en su agenda. Si recordamos, al final se vio de alguna manera presionado a salir con el tema de la corrupción como un punto de su campaña, pero él estaba manejando una agenda distinta en que la corrupción no ocupaba un papel preponderante. Y creo que ha pagado esa factura: el no haber estado preparado para algo que era tan evidente como que el Perú está padeciendo de una corrupción estructural, sistémica y generalizada, y que debe ser una de las urgencias principales de cualquier gobierno. ...lo que se ve en las encuestas desde el escándalo del "negociazo" que pretendía hacer su ex asesor en salud Carlos Moreno con el SIS... De hecho, la última encuesta de Ipsos señala que la corrupción nuevamente ha pasado a ser el problema número uno para la gente en Perú, ha desplazado a la seguridad, y había desplazado ya a la pobreza. Creo que el presidente no estuvo atento a eso y la prueba es el caso Moreno. Tengo entendido que él (Kuczynski) fue alertado e informado de que Moreno era una persona que tenía antecedentes en materia de corrupción y pese a esa información lo nombra como su asesor personal con oficina en Palacio de Gobierno. Entonces, ¿para el Ejecutivo realmente no es prioritario combatir la corrupción? Por otro lado, nombra a Fernando Zavala como premier, quien sí tiene el tema de la corrupción en su agenda. Me consta que el equipo que trabaja con él ha estado bastante alerta y preocupado por enfrentar los problemas que la agenda de la corrupción plantea en el Perú, pero no ha habido la voluntad política, que le corresponde en principio al presidente de la República. Pero creó la Comisión Presidencial de Integridad… La Comisión Presidencial de Integridad fue un pie forzado a raíz del escándalo Moreno. Hizo un buen trabajo y presentó cien propuestas, pero la implementación hasta la fecha ha sido muy pobre. La mejor prueba es la Ley de acceso a la información, que debió ser reglamentada con una autoridad que regulara, como ha ocurrido en México y en Chile, que le ponga dientes para sancionar a las instituciones públicas que no cumplen con entregar información al ciudadano. Pero lo que ha salido es una norma mediocre, floja, fofa. ¿Esa falta de voluntad puede deberse al pasado lobbista del presidente? Acabo de venir de Argentina, donde me hicieron un comentario muy positivo sobre el presidente Kuczynski por su discurso anticorrupción después de lo de Moreno. Me dijeron: ustedes tienen un presidente con mucha claridad, ha sido muy enfático en su enfrentamiento a la corrupción. Y claro, ese discurso del presidente fue muy bueno. Hay que reconocer que quien se lo escribió lo hizo bien. Pero él no tiene el tema encarnado. No creo que Kuczynski sea corrupto, y sobre las acusaciones de lobbista, son frecuentes por el nivel de empresario que tuvo, pero no tengo información para afirmar que hizo lobbies ilegales. Simplemente, el tema no está en su agenda, no está en su ADN. ¿No está en su ADN, como en el de muchos empresarios? Kuczynski es un buen ejemplo del empresariado peruano, que por muchísmos años no ha tenido el tema de la corrupción en su agenda, la han mirado con cierto desdén y en muchos casos se adecuaron y entraron al juego de la corrupción, y hoy vemos la factura que están pagando empresas de altísimo nivel, como Graña y Montero y otras. Hubo empresarios peruanos que creyeron que era más fácil ceder a la corrupción que crear un cultura de negocios limpia y competitiva. Kuczynski forma parte de esa cultura, que hoy día, gracias a Dios, ha empezado a cambiar. Hoy, el sector privado tiene una Comisión anticorrupción que por lo menos se va a sentar a discutir y pensar alternativas diferentes. La profunda crisis que se está generando con el caso Odebrecht se va a convertir en una oportunidad para generar una nueva cultura de hacer negocios en Perú. ¿Cuán importante para ello es evitar la impunidad? Quebrar impunidad es un elemento central, pero en el caso concreto de Lava Jato, el Gobierno también debe buscar un equilibrio para que no haya impunidad y que la economía del país no colapse. Se ha comenzado a generar una crisis por el desorden en el manejo del caso. Hay más de 100 mil trabajadores peruanos afectados por el caso Lava Jato, hemos perdido 1% del PBI de 2017, estamos hablando de 2 mil millones de dólares por la paralización del Gasoducto del Sur, a lo que su suma la cadena de proveedores y empresas en crisis por ello. El Gobierno respondió con el Decreto de Urgencia 003, pero no ha sido la solución que se esperaba. Como dice el juez Moro en Brasil: no hay que ahorcar al cantante. Si hay gente que ha cometido delitos y quiere entregar información a cambio de que se le baje un poco el rigor penal, eso se puede hacer. Funcionó muy bien en el caso Fujimori-Montesinos, con los acuerdos de colaboración eficaz y como resultados los tres dirigentes de la organización criminal están condenados a 25 años, y Perú ha recuperado más de 300 millones de dólares. Hay cosas que no solo dependían del presidente, como el fortalecimiento de la Unidad de Inteligencia Financiera, a lo que se opuso el Congreso... Eso muestra que no solo es solo un problema del presidente, de su partido, si existe, o del Gobierno, sino de la clase política que en el Perú se resiste a adoptar reglas que limpien la cancha. El tema del financiamiento de las elecciones es esencial. Los políticos que se escudan en el argumento de la reserva, en el fondo lo que hacen es cubrir lo que se sabe: que a las campañas electorales entra dinero del crimen organizado. El presidente volvió a hablar del indulto señalando que sería un "perdón médico". ¿Puede hacerlo? Desde el punto de vista legal, no hay camino para que ese indulto sea procedente. El indulto regular no es opción para él y la norma que regula el indulto humanitario es muy clara sobre las condiciones que se necesitan. La depresión no es una causa. Legalmente, ese camino no está habilitado. ¿Ese indulto no sería un mensaje de impunidad? Sí y creo que tendría un costo político complicado para el presidente, incluso en sus propias filas, porque algunos de sus congresistas y ministros y muchos de los que votaron por él lo hicieron con la convicción de que no iba a indultarlo.