■■ Simon Critchley, Bowie (2016): este es el libro número 23 de Bowie que cae en mis manos. A diferencia de notables tratados y poderosas biografías (Buckley), el filósofo de Hertfordshire disecciona al héroe de Brixton con el escalpelo hipnótico de la aguja imantada al acetato. Lázaro, Newton, Draco, Heidegger y Hamlet confluyen en el espacio distópico del Duque Blanco. Incluye viñetas para jugar en la tumba de Dios.Don de Lillo, CeroK (2016): una nueva metáfora de la criopreservación y un nuevo aliento para la sci-fi en las manos de uno de los dos mejores escritores norteamericanos vivos. Gran novela, entre la biopolítica transhumanista y el grado cero de la vida (de la literatura). Pero en cuestiones de vida eterna La Possibilité d’une île sigue siendo insuperable.Frédérick Beigbeder, Oona y Salinger (2016): metáfora de juventud y consumo en esta curiosa “docu-ficción” que fuerza la confluencia de Chaplin, Capote, Salinger y Beigbeder en paralelos de amor y tiempo recobrado.