Economía

Midagri no quiere esperar al 2035 para el cultivo de transgénicos: "Hay que comenzar de una vez"

Según el ministro Ángel Manero, la producción nacional de transgénicos no afectará a la gastronomía y se dirigirá a la crianza de pollos y cerdos.

Transgénicos cultivados en suelo peruano ayudarán a desplazar a las importaciones, según Midagri. Foto: TSI Life Science
Transgénicos cultivados en suelo peruano ayudarán a desplazar a las importaciones, según Midagri. Foto: TSI Life Science

Perú ha prohibido hasta 2035 el cultivo de transgénicos —denominados organismos vivos modificados (OVM)— pero el Ministerio de Desarrollo Agrario quiere modificar la ley y adelantar la fecha.

"No se puede cultivar transgénicos hasta 2035, y a partir de ahí, sí. Queremos adelantar el plazo para comenzar de una vez y no ceder más ante las importaciones. Esta posición técnica permitirá el avance de la tecnología", comentó el ministro Ángel Manero ante la Comisión de Constitución y Reglamento del Congreso, durante la sustentación del pliego de facultades legislativas.

Según Manero, ya estamos "comiendo transgénicos" porque importamos 4.000 toneladas de maíz tránsgénico y aceite de soya modificada, y estos desplazan a la producción nacional. En total, hasta US$800 millones se importan en transgénicos.

Por ejemplo, la producción nacional de algodón viene reduciéndose y desplazada por la modificada: de 250.000 hectáreas pasó a 10.000 "porque el mundo produce algodón transgénico".

"No queremos afectar la biodiversidad porque la propuesta no permitirá el cultivo en zonas de alta biodiversidad como la selva o la sierra. Se hará en algunos sectores de la costa. Y no hablamos de todos los cultivos: solo nos interesa algodón y maíz", refirió.

A juicio del titular del Midagri, el maíz transgénico no irá al consumo humano y solo servirá para alimentar pollos y cerdos; en tanto, el algodón se destinará al rubro textil y confecciones. "Los productores nacionales lo necesitan", dijo.

Sin embargo, en entrevista con La República, Manero aseguró que la apertura a los transgénicos solo irán para los pequeños productores mas reconoció que también se le abre la cancha a los gigantes del sector, como las frutas y hortalizas transgénicas.

“No hay nada que ganar”

La ley no prohíbe la importación pero sí el cultivo, y el ejemplo internacional demuestra que la erosión genética terminará contaminando de manera generalizada a los cultivos aledaños, a pesar de que solo apunten al maíz y algodón, según el investigador principal de Grade, Eduardo Zegarra.

También advierte que Manero está actuando sin respetar o conocer el propósito de la ley de moratoria a transgénicos, y estaría respondiendo a intereses particulares, ya que se daría cabida gigantescas compañías importadoras de semillas porque no tenemos grandes productoras de maíz y de algodón.

A criterio de Manero, los  pequeños productores son los más afectados por las importaciones de maíz y algodón alterados: para la crianza de animales movió entre US$600 y US$800 millones en 2023 y la textil, US$306 millones. Con el fin de la moratoria, apuntan a “no seguir cediendo” ante las importaciones.

“No habrá ninguna ventaja económica. El pequeño productor se convertirá en dependiente de las trasnacionales. Lo más probable es que el interés detrás de esto sea de las exportadoras de semillas. Sería un negocio para ellos. No les interesa la biodiversidad y menos la situación económica del pequeño productor”, soslayó Zegarra.