Milagros Loayza: "Hay un trabajo pendiente en la estructura del fútbol femenino"
La República conversó con la periodista Milagros Loayza, fundadora del primer portal de fútbol femenino del país, sobre la situación actual de este deporte, la importancia del próximo Mundial y la falta de reformas estructurales.
El fútbol femenino viene creciendo en el país y la expectativa es cada vez mayor, mientras se desarrollan los playoffs del título nacional de la Liga Femenina. Sin embargo, se encuentran pendientes algunas reformas estructurales que son necesarias para buscar la profesionalización. En ese sentido, La República conversó con la periodista Milagros Loayza, fundadora del medio especializado Mujeres FC, quien explicó cómo se han producido estos cambios en los últimos años, remarcó la importancia de contar con áreas especializadas y se pronunció sobre el penoso episodio durante la conferencia de prensa de la entrenadora de la selección Emily Lima.
¿Cómo así llegaste al mundo del fútbol?
Desde que tengo uso de razón, he jugado al fútbol. Mi mamá me cuenta que cuando estaba en el vientre la pateaba. Creo que desde ahí el fútbol se convirtió en mi deporte favorito. Esa pasión la fui cultivando con mis papás y mis tíos, que jugaban fútbol. En esos años era muy difícil la situación. Ahora hay cierta libertad para que las niñas practiquen el deporte.
Existe una mayor apertura, cada vez aparecen más academias de fútbol femenino.
Hace 20 años, por lo menos, era complicado encontrar una academia de fútbol especializada para mujeres. Si había una niña jugando fútbol, estaba dentro de las academias de los varones. Encontrabas a una que iba con las justas, con temor, con esa inseguridad del ‘qué dirán’. Ahora el pensamiento está cambiando, antes eso se veía mal. Gracias a esa lucha y la constancia es lo que nosotras estamos viviendo ahora. Por eso yo creo mi portal, porque había una necesidad de que la gente se entere que había mujeres que jugaban al fútbol. Las mismas futbolistas también tenían esa necesidad de que sus goles, sus celebraciones, se vean reflejadas a través de las pantallas.
Alianza Lima es la vigente bicamepeona de la Liga Femenina. Foto: Alianza Lima.
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Esto también se presenta como una autocrítica que debemos hacer, hasta ahora el fútbol femenino no tiene tanta visibilidad.
La perspectiva de género en los medios de comunicación no está latente. Eso hace que muchos medios no se interesen por hacer coberturas del deporte femenino, en general. La mayoría de notas se orientan a los varones, y solo se habla de los logros de las mujeres en los deportes si ganan medalla, como el caso de Kimberly (García) en la marcha (…). Las mujeres no solo están capacitadas para jugar fútbol, también para dirigir un medio de comunicación o dirigir un club. Es lo que ahora se ve: mujeres liderando espacios que antes no se veían.
¿Qué tanto cambió el fútbol femenino en los últimos años?
Ha cambiado demasiado. Cuando jugábamos el Torneo Metropolitano, todo era en la Videna. En principio, era en la cancha de grass, donde normalmente entrenan los hombres de la selección. Después, para no malograr esa cancha, pasaron el torneo al pasto sintético. Ahí se jugaban todos los partidos. Te das cuenta que hay un cambio significativo (…). Ahora los medios de comunicación empiezan a interesarse más. En el 2019, cuando todavía no existía la Liga Femenina, se jugaba en la Videna y no había acceso a prensa. Muchos nos quedamos afuera esperando que nos abrieran la puerta. La Federación no tenía la logística para recibirnos y demás factores. Son cosas que nos tocó pasar.
Los reglamentos también eran discriminatorios. En Copa Perú, si una jugadora tenía 30 años, no podías ir a otro club y tenías que ‘morir’ jugando en el club que estabas inscrita. Eso te lo impedía el reglamento. Se fueron dando cuenta porque había muchas jugadoras de más de 30 años que necesitaban salir, jugar en otros equipos y no podían hacerlo. Los clubes de la liga masculina empezaron a formar su rama femenina y ellos querían tener a las mejores; no podían hacerlo porque las mejores estaban en Copa Perú.
Todo eso salió a la palestra. La Federación se dio cuenta de eso y se logró crear la Liga Femenina. Y gracias también al empuje de las jugadoras. En el 2019 hubo una ola de reclamos con el Movimiento Queremos ser vistas. Se crea toda una ola de reclamos, quejas y la Federación empieza a tomar cartas en el asunto.
El año pasado se anunció una serie de reformas, sobre todo en fútbol masculino, y hubo una parte en que se menciona que para el 2024 se va a elaborar un plan para fútbol femenino, futsal y fútbol playa. ¿Hay algún alcance en los clubes sobre estas reformas?
Hablaron un poco de reestructuración del universo de la Federación, pero no ahondaron mucho más en el fútbol femenino. Imagino que parte de esto es el nuevo comando técnico de la selección. Se está pensando en un trabajo a largo plazo con la profesora Emily (Lima). Ser sede de algún torneo importante, como Copa Libertadores o Copa América, hasta ahora no organizamos ninguno de estos torneos, como sí lo han hecho otros países sudamericanos. Debe venir por ahí la reestructuración, que la liga se siga consolidando, que los clubes sigan apostando por la profesionalización de sus jugadoras. Solo dos equipos tienen jugadoras profesionales en su plantilla, y no a todas completas, tienen a siete, que es lo mínimo que se exige para la profesionalización. Estos son Alianza y Universitario.
Reformas de la FPF para el fútbol peruano. Foto: captura/web FPF.
Uno de los aspectos que llama la atención es la duración del campeonato. Termina el torneo y el campeón va a la Libertadores, pero ¿qué ocurre con los demás clubes? ¿Cómo logran sostenerse y de qué manera se les brinda apoyo a las jugadoras que no tienen contrato?
Esa es una de las desventajas. El torneo es muy corto. No es como el masculino, que el campeón tiene participación para el siguiente año. En el femenino, campeonas y de inmediato debes ir a Libertadores. Como no hay contratos profesionales, muchas jugadoras tienen contratos como locadoras de servicio. Entonces, termina la temporada y ahí termina el contrato también. Quedan entre dos a tres meses en el aire porque el club ya no les reconoce pago o beneficio alguno. Esa es una de las debilidades que se tiene que corregir a corto o mediano plazo. Hay muchos clubes que se están empezando a dar cuenta, recién al tercer año, que el fútbol femenino es un producto para venderlo de la mejor manera.
Muchos de los clubes lo toman como si fuera una cosa que tienen que hacer por cumplir porque así lo exige FIFA, Conmebol o la FPF. Pero hay otros que se dan cuenta que es un producto viable, que se puede sostener en el tiempo, si hay un trabajo estructural y organizado. Hay muchas cosas detrás de un equipo de fútbol que se deben mirar con ojos diferentes para que la profesionalización llegue pronto.
Respecto a las reformas, recuerdo hace poco la denuncia de la jefa de equipo de Atlético Trujillo. Esto, de alguna manera, evidencia la falta de perspectiva de género en los clubes y en la propia Federación.
Hay un trabajo pendiente en la estructura y las áreas de desarrollo que debe tener cada club. Por ejemplo, en Argentina hay muchos clubes que tienen sus áreas de género, donde hay especialistas que pueden ayudar a la jugadora a resolver infinidad de problemas. Son especialistas que pueden ayudar a las jugadoras a sobrellevar alguna situación que se presente en el camino. En el caso de Atlético Trujillo, una denuncia por maltrato psicológico, por acoso, también desnuda un poco las falencias que tienen los clubes y que no son fiscalizados por la Federación. Nos damos cuenta que la Federación no tiene un área específica para el fútbol femenino. Tiene un área de desarrollo que engloba futsal, fútbol playa y fútbol femenino. Todos esos están inmersos en una sola área. Es muy difícil porque hay una o dos personas para cuatro o cinco disciplinas deportivas. Creo que la FPF debe empezar a reestructurarse para separar los deportes; de esa manera, pueden ayudar más a resolver los problemas en la interna de los clubes.
En relación con el panorama regional, ¿cómo ves el crecimiento de países como Colombia, Argentina, Venezuela y la propia Chile, que se quedó a puertas del Mundial?
Es lo que te comentaba sobre las áreas de desarrollo específicas para el fútbol femenino, una que se centre netamente en el fútbol femenino. Eso lo hace muy bien la Confederación Brasileña de Fútbol. En la pandemia se presentaron unas nuevas áreas de desarrollo para menores, lideradas por exjugadoras. Cosas como esas, ayudan. Además, tienen torneos de bases muy sólidos. Perú debe imitar eso para que siga en ascenso.
Lo que pasó con Colombia es una situación que me da buenas sensaciones. Su liga es profesional, entre comillas, pero es una liga que dura menos que la nuestra: dura entre tres a cuatro meses y cada año se pone en duda si se va a realizar o no. Las jugadoras siempre están en esa duda constante... Pero, lo que tiene de bueno Colombia son sus selecciones. La selección mayor es segunda de América y ahorita van a disputar el Mundial. La sub-17 fue subcampeona del mundo. Eso te habla de un desarrollo y un trabajo a largo plazo a nivel de selecciones. En los clubes también llegaron a finales de Copa Libertadores, disputándose el título con los brasileños. Esto habla de un trabajo de muchos años atrás, cuando fue el Sudamericano Sub-12 o Sub-14 de Chile, las colombianas se consagraron campeonas y todo ese universo fue creciendo, madurando, y muchas de ellas representan hoy a la selección. Le dieron vida a una Colombia que nadie la tenía registrada en Sudamérica.
Colombia es subcampeona del mundo en la categoría Sub-17. Foto: Twitter/FIFA.
Antes, en el 2003, cuando hubo un Sudamericano, era Perú la que se encontraba junto a Brasil, Argentina e incluso Chile. Después ya venía Colombia o Venezuela. Lo que ellas han hecho es digno de admirar, fueron las propias jugadoras que empezaron a hablar de lo que pasaba en la interna de la Federación, los medios empezaron a interesarse mucho más, la gente comenzó a apoyarlas, y hubo una ola de reclamos que hoy en día sirvió para que el fútbol colombiano tenga un gran crecimiento.
La liga chilena no es la mejor, pero tiene equipos muy buenos y potentes que llegan a disputar las últimas etapas de los torneos internacionales. Su selección también creció porque la mayoría de sus jugadoras migraron, como el caso de la portera Christiane Endler y muchas más referentes que jugaron afuera y regresaron a su país para ayudar con el crecimiento. La liga no es la más profesional, pero a nivel de selecciones hay un trabajo más grande.
En Argentina también. Su torneo ya es profesional, pero todavía hay ciertas falencias. Sin embargo, su selección es un caso aparte. Este es su segundo mundial consecutivo (también participó en el 2003 y 2007) y son subcampeonas panamericanas. Todo eso habla de un desarrollo que viene de años atrás. Cosa que nosotras no hemos podido lograr. Cuando tuvimos ese apogeo con la medalla bolivariana en el 2005, se quedó todo ahí. Se quedó con esa medalla y nunca se aprovechó ese momento para hacer crecer el deporte. Muchas jugadoras de la época me contaron que fueron al Congreso, se tomaron la foto, quedó en eso y tuvieron que guardar la medalla. Ya pasaron alrededor de 18 años. De esa selección, la única sobreviviente que juega en la Liga Femenina es Miryan Tristán (Alianza Lima) y Connie Puerta, que acaba de fichar por Killas FC; después, tienes a Adriana Dávila dirigiendo y Lorena Cortez jugando. Pero mira cuánto tiempo pasó para que esas jugadoras puedan tener un campeonato digno, un campeonato estable y que las ayude a mostrarse durante todos los años que no pudieron hacerlo.
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Si bien no vamos a estar en el Mundial que se viene, ¿en qué nivel este torneo es importante y qué aspectos se pueden mirar para desarrollar el fútbol femenino en el Perú?
A pesar de que no hemos tenido presencia en ninguna de las ediciones, creo que es importante porque debemos mirar a nuestro alrededor. No solo mirar a los países de la región, porque ellos están casi tan subdesarrollados como nosotros; por ahí con ciertas diferencias. Pero debemos mirar más allá. Apuntar a cómo se trabaja en Europa o Estados Unidos, donde el fútbol no es de hombres, es de mujeres.
El Mundial es una ventana grandísima, no solo para las jugadoras, sino para las marcas. Yo sé que esto es un negocio. Entonces se tiene que mirar al fútbol como un producto que pueda dar frutos a largo plazo. Trabajar pensando que a mediano plazo vas a recibir la ganancia de esos años. Ver qué cosa podemos replicar. No digo que vayamos a organizar un Mundial. No es algo alejado tampoco, porque ya hicimos Panamericanos. Debemos empezar a copiar cómo trabajan en la promoción, en la organización (…).
Sobre ese punto, y haciendo un mea culpa también, recuerdo la frase de la entrenadora Emily Lima en su última conferencia (“Esperaba ver un auditorio más lleno, eso también es parte del progreso del fútbol peruano”) que es un retrato de lo que ocurre con el fútbol femenino
Es un retrato de lo que somos en cuanto a fútbol femenino: un país que no cree, no apoya y que no está comprometido con sus mujeres futbolistas. Para mí es una vergüenza que ella encuentre un auditorio prácticamente vacío y que la FPF no tenga la suficiente capacidad para hacer que lleguen dos o tres periodistas más. Imagínate cuál es el nivel de convocatoria que tiene la FPF para con sus mujeres futbolistas, que van a representar al país también.
Si hacen una conferencia para anunciar a los convocados masculinos y esa sala se llena, ¿por qué esa mitad de los que van a mirar la lista de convocados de hombres no van a ver la femenina? Es un poco de eso, el trabajo de la gente de prensa y marketing de la FPF que necesita tener esa capacidad para poder reclutar. Si hace una conferencia la entrenadora de la selección es porque va a decir algo importante. Pero debes darle esa importancia con las acciones. Para mí, como periodista especializada en fútbol femenino, fue vergonzoso ver un auditorio casi vacío. Y hago un mea culpa también porque tuve que cumplir con algunas obligaciones. Entonces, en todo eso, estamos debajo de los demás países de la región. Han pasado muchos años y hasta ahora no se ve un avance significativo en esa área también.