Niña pudo salvar su vida por donación de riñón: “Agradezco de todo corazón a mi ángel”

Una niña originaria de Iquitos podrá volver a tener una vida normal gracias a que recibió la donación de riñón que necesitaba con urgencia. Los médicos del Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN) de San Borja determinaron que la menor sufría de una enfermedad renal crónica, luego de que viera cómo su cuerpo comenzó a hincharse sin explicación.

Los síntomas comenzaron hace tres años, comentó su madre Guadalupe a la agencia Andina. “Por salvar a mi hija, ofrecí mi riñón. Ya estaba todo listo para la operación, pero ocurrió un milagro”, narró la pariente de la niña. Una persona había fallecido debido a un accidente cerebrovascular y sus familiares decidieron donar sus órganos para salvar más vidas, entre estos, el riñón que necesitaba la niña iquiteña.

“Le agradezco de todo corazón a mi ángel, a su familia, a los médicos, a las enfermeras, estoy muy feliz de haber conseguido una segunda oportunidad de vida. Lucharé por mis sueños, me esforzaré para lograrlo”, expresó la menor.

Un grupo de especialistas conformado por cirujanos trasplantadores, nefrólogos pediatras, urólogos, anestesiólogos, instrumentistas, técnicos y enfermeras logró salvar la vida de la niña. La cirugía, finalmente exitosa, duró cuatro horas.

“El equipo está muy contento por la recuperación (de la menor), pero también queremos agradecer a la persona que donó porque fue un acto muy noble de parte de la familia permitir la donación de sus órganos”, comentó para Andina Juan Cruzado Portal, miembro del equipo quirúrgico.

Durante el tiempo de pandemia, el Instituto Nacional de Salud del Niño ha realizado 18 trasplantes. Es el único centro hospitalario del Ministerio de Salud que no suspendió estos procedimientos cubiertos por el Seguro Integral de Salud (SIS).

Actualmente, 26 niños y niñas están a la espera de un trasplante, de los cuales 18 son de especialidad renal, 7 de córnea y 1 hepática. Sin embargo, las tasas de donación en el Perú son preocupantes. Previo a la crisis por COVID-19, entre dos y tres personas por cada millón de habitantes accedía a donar un órgano. En estos días, el ratio se redujo a 0,5 donantes por millón de habitantes.