Amenazas. Buscan desde los laboratorios lograr variedades que sean resistentes a altas y bajas temperaturas.,Hoy el Perú celebra el Día Nacional de la Papa. De ella se sabe que sus potencialidades alimenticias son altas, que es un producto milenario y que, incluso, los científicos analizan la posibilidad de sembrarla en Marte; sin embargo, este tubérculo de los Andes peruanos ya comienza a sentir las amenazas del cambio climático. PUEDES VER: Papa peruana sería el primer alimento en llegar a Marte Según las últimas evaluaciones del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) en las zonas paperas, se ha comprobado que de aquellas siembras que han sido instaladas entre octubre del año pasado y enero del presente, algunas han sufrido los efectos del cambio climático, hecho que repercute en el rendimiento de la producción de los agricultores. El incremento de la temperatura, asociada a la sequía, ocasionó que la papa no tuberice, es decir, no desarrolle. Aparentemente la planta se vislumbra frondosa en el exterior, pero a nivel de la raíz, la papa es muy pequeña. Áreas de cultivo en el Perú que anteriormente estaban libres de plagas ahora las padecen debido a las altas temperaturas, una muestra clara del cambio climático. "Desde 1955 en adelante los investigadores estábamos preocupados por generar variedades que sean más rendidoras en menor periodo vegetativo. En los noventa, la demanda era diferente, ya se tenía rendimiento pero se necesitaba mayor rango de adaptación. Luego, la necesidad cambió por variedades con mayor precocidad y resistencia a enfermedades, y ahora la demanda nos dice que debemos incursionar en variedades que tengan mayor contenido de materia seca por su mayor valor nutricional, menor contenido de azúcares y alta tolerancia a bajas y altas temperaturas”, afirma Héctor Cabrera, líder del programa de tubérculos y tuberosas del INIA. PRESERVARLA ES EL RETO Todas las instituciones abocadas a la investigación genética de la papa en el Perú como el INIA y el Centro Internacional de la Papa (CIP), tienen como principal meta generar nuevas variedades mejoradas que tengan resistencia a enfermedades y tolerancia a las nuevas condiciones climáticas. No solo El Niño es una amenaza para la papa, también lo es la rancha, enfermedad cambiante que se torna más agresiva conforme el paso de los años. Así es que se busca resistencia genética. "Hoy evaluamos clones que puedan tuberizar a 800 m.s.n.m. donde las temperaturas son altas", afirma Cabrera. “Producto de las investigaciones, logramos generar más de veinte variedades mejoradas y que ya están liberadas (disponibles en el mercado) actualmente”, afirma por su parte Walter Amorós, investigador asociado del CIP. Claves: El consumo per cápita anual de papa es de 89 kilos. Este país cuenta con 4.500 variedades de papa. El INIA y el CIP buscan que las variedades resistentes sean altamente nutritivas. Además, una papa mejorada será la solución a la desnutrición.