Seguridad es justicia

Los temas de fondo sobre la seguridad ciudadana en el debate presidencial., Los candidatos presidenciales que acudirán el 3 de abril al debate convocado por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), con el auspicio de IDEA Internacional, el PNUD y el CIES, deberían esforzarse para poner sobre la mesa sus principales propuestas sobre seguridad ciudadana e intentar una selección de prioridades. A lo largo de la campaña este fue el tema más abordado y es preciso reconocer el mejor desarrollado en los programas al punto que algunas instituciones premiaron algunos planes por su coherencia y audacia. Al mismo tiempo, en este ámbito se concentra un recurso humano calificado que los partidos han sabido atraer, de modo que se podría decir que gane quien gane, el sector tendrá un piso mínimo de tecnocracia instalada. Los matices se advierten en tres temas de fondo. El primero se refiere al distinto énfasis que se pone en considerar la seguridad ciudadana como un problema de justicia y no solo de vigilancia y prevención. Solo dos partidos han identificado que esta dualidad conduce todo cambio a la reforma de la administración de justicia. Un consenso de cara a la segunda vuelta no debería obviar este alcance del problema en lugar de localizar la solución en la salida de las FFAA a las calles. Otro tanto ocurre sobre la policía; solo un partido ha propuesto seriamente la refundación de la PNP, en tanto el resto propone saludables medidas con las que nadie puede estar en desacuerdo –como el equipamiento técnico, mejor formación, más especialización y más comisarías–, aunque todas ellas aparecen sin conexión respecto de una matriz que modifique resueltamente el servicio de policía, el ingreso a ella, los ascensos y el retiro. El tercer problema que debe ser encarado desde el primer día, uno de los menos tocados en la campaña, es la corrupción policial. En este punto se tienen sobre la mesa desde problemas legales como el retorno vía acción de amparo de los efectivos sancionados hasta la modificación constitucional que permita la degradación pública de los infractores. En cuarto lugar, el concepto más policías en las calles debería ser precisado respecto de la capacidad del Estado de formarlos, distribuirlos adecuadamente, remunerarlos con justicia, y al mismo tiempo liberarlos de tareas que los distraen. En ello se comprometen cambios de orden legal para trasladar a las municipalidades actuales funciones judiciales, así como compromisos sobre la reforma salarial y pensionaria pendientes. En este punto, el país debe saber que si los partidos siguen guardando silencio sobre la superación definitiva y justa del sistema 24x24, no se podrá avanzar un solo milímetro en ninguna reforma. Finalmente, todo cambio debe ser financiado; los programas sobre seguridad de los últimos 25 años han fracasado por falta de una política aceptada y respalda por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). La idea del liderazgo del Presidente en este agudo problema para la convivencia pacífica de los peruanos depende especialmente de su capacidad para integrar al Estado en las soluciones y no dejar que fracasen por falta de recursos.

Seguridad es justicia

Ofertas

Cineplanet

La Bistecca

Cinemark

Perulandia

Lo Más Reciente