A sangre fría. Peruano afrontaría la pena de muerte si se comprueba que mató a seis personas en Japón. Pero si detectan que es un enfermo psiquiátrico, podría ir a prisión indefinida, señalan abogados., La pena de muerte o prisión indefinida. Esos son los únicos caminos que tiene en estas horas Vayron Jonathan Nakada Ludeña, el peruano que es investigado por el asesinato de seis personas en la prefectura de Saitama, en Japón. De acuerdo con penalistas de ese país, el hermano de Pedro Pablo Nakada, el ‘Apóstol de la muerte’ (el mayor asesino en serie del Perú), no se salvaría de la horca, sentencia que las autoridades niponas aplican a los autores de crímenes múltiples con agravantes. “Para que una persona pueda ser sentenciada a la pena de muerte en Japón, las víctimas deben ser dos o más”, explicó el abogado Kotaro Tanaka. En el caso de Nakada, sus víctimas serían seis, de acuerdo con las investigaciones policiales. El penalista japonés indicó que la única forma en que Vayron pueda salvarse de la pena de muerte es que su abogado defensor pruebe que tiene problemas psiquiátricos. “En este caso sería condenado a un encierro indefinido, pues en ese país no existe la figura legal de la cadena perpetua. El abogado peruano Luis Lamas Puccio, por su parte, señala que de acuerdo con la legislación japonesa, a Vayron Nakada le correspondería la pena de muerte por “homicidio calificado”. Sin embargo, tendría que ser sometido a una evaluación psicológica y psiquiátrica. De esta manera, si se comprueba que padece una enfermedad mental podría ser internado en un manicomio o en una cárcel. “Amnistía Internacional ha cuestionado el método de la ejecución de personas en Japón porque incluso se aísla a los familiares que se llegan a enterar después de la muerte”, indicó Lamas Puccio. Las víctimas En tanto, en Kumagaya, la policía halló cartas aparentemente escritas con sangre en la casa de Minoru Tasaki (55) y su esposa Misae (53), encontrados sin vida el lunes. El miércoles, alrededor de las 4:30 p.m., Kazuyo Shiraishi (84) fue asesinada en su casa ubicada en el barrio de Ishihara, en la misma ciudad. Luego la policía encontró a Miwako Kato (41) y sus 2 hijas, Misaki (10) y Haruka (7). Aunque algunos de sus familiares aseguran en Lima que Vayron se fue del Perú en el 2003, a los 18 años, una investigación policial señala que Nakada llegó a Japón en el año 2005. Asegura que estaba registrado en una empresa de envío de trabajadores (Haken gaisha o contratista) ubicada en la ciudad de Fujisawa, prefectura de Kanagawa. El tipo de su visa era de “cónyuge o hijo de japonés”. Renunció a esta empresa después de trabajar en una fábrica de la ciudad de Sagamigahara durante un año, desde diciembre de 2012, según NHK. Este año Nakada volvió a comunicarse con la empresa de envío de trabajadores y en la entrevista explicó que había trabajado en una fábrica de piezas de autos y que tiene una hermana mayor en la prefectura de Kanagawa. Así, desde el 30 de julio pasado, Vayron Nakada Ludeña empezó a trabajar en una fábrica de alimentos en la ciudad de Tokorozawa, Saitama, pero duró solo 5 días: renunció al trabajo señalando que estaba mal de salud. Creía que lo perseguían El 15 de agosto empezó a trabajar en una fábrica de alimentos de la ciudad de Isesaki, Gunma. Sin embargo, el sábado 12 de setiembre no fue al trabajo. Alrededor de las 10 a.m. de ese día Nakada llamó a la empresa y comunicó que era “acosado y perseguido por una persona vestida con terno”. Debido a eso no fue a la fábrica y se declaró enfermo. Renunció a este trabajo repentinamente a los pocos días. Según la empresa de envío de trabajadores, Nakada no habla bien el japonés a pesar de estar 10 años en ese país. También señalaron que no se reportaron problemas con él cuando laboraba, ni faltó al trabajo sin avisar, pese a que era un hombre callado. Peruanos residentes están preocupados Jorge Gallo, cónsul peruano en Tokio, informó que Vayron Nakada Ludeña permanece internado en un hospital. Explicó que por su estado grave está recibiendo un tratamiento médico especializado. Señaló que las autoridades japonesas lo tienen bajo arresto por ser sospechoso de seis asesinatos. También afirmó que los inmigrantes peruanos están muy preocupados, pues temen que este caso pueda dañar la buena imagen que se vienen ganando por su trabajo y honestidad. Mucha gente está angustiada, no vivían algo similar desde el 2005, cuando el peruano José Manuel Torres Yagi violó y mató a una niña de 7 años. Unos 2.000 peruanos viven en Isesaki, trabajando en fábricas de automóviles y de alimentos. Es la segunda mayor comunidad no japonesa junto a los brasileños. Victimario El autor. Vayron Nakada Ludeña se halla en estado grave. Intentó suicidarse.