El Poder Judicial procesa a Abimael Guzmán y a su comité político central senderista por haber ordenado en 1984 la ejecución violenta de 104 campesinos del distrito ayacuchano de Soras que se oponían a su prédica. Sobrevivientes reconocen a Víctor Quispe Palomino como responsable directo de la masacre. Autores mediatos, María Elena Castillo El 16 de julio de 1984 más de un centenar de pobladores del distrito ayacuchano de Soras fueron asesinados por integrantes de Sendero Luminoso en venganza por oponerse a su prédica violentista. Por este asesinato, el Segundo Juzgado Supraprovincial de Lima procesa a Abimael Guzmán , jefe de la organización senderista, y a Víctor Quispe Palomino, "Camarada José" , jefe de la columna que ejecutó directamente a los pobladores, y líder de la facción subversiva que sigue operando en la selva de Ayacucho. Ambos son acusados de ser autores mediatos de esta masacre . ASESINATO ANUNCIADO Muchos meses antes de que se perpetrara el asesinato masivo, los pobladores de Soras advirtieron que sus vidas corrían peligro . Desde mediados de 1983 , las columnas senderistas ingresaban a las comunidades con su mismo discurso de una sociedad más justa, sin pobres y en la que todos tendrían las mismas cosas. Por ese entonces, el "camarada José" era el encargado de convencer a los pobladores de que se pasaran a sus filas. Los soreños no tardaron en sentir en carne propia que detrás de esas palabras se escondían el terror y la sangre. En noviembre de 1983, en un llamado "juicio popular", los senderistas decidieron ejecutar a tres pobladores, entre ellos el presidente de la comunidad, Olimpio Jáuregui, por haber exhortado a sus paisanos a no escuchar sus prédicas fanáticas. Los pobladores decidieron expulsar definitivamente a Sendero Luminoso de su localidad, se organizaron en rondas armadas y, con el apoyo de las fuerzas militares , llegaron incluso a detener a dos senderistas. Además, las autoridades de Soras convencieron a cerca de una veintena de comunidades de firmar un memorial exigiendo mayor presencia del Estado. Ocho meses después, el 16 de julio de 1984 , los senderistas se vengaron: interceptaron un bus de la empresa de transportes Expreso Cabanino , y en su ruta hacia a Soras se detuvieron comunidad por comunidad para asesinar a más de un centenar de pobladores. El "Expreso de la Muerte" se detuvo en Pacclla , Badopampa Doce Corral, Chaupihuasi, Sayhua y otras comunidades más, hasta que a las 8 de la noche llegaron finalmente a Soras. Ese día –según indagaciones avanzadas– al menos 104 personas fueron asesinadas salvajemente en más de una veintena de comunidades . Han pasado 29 años de este suceso sangriento y aún las heridas no han cerrado. Fernandina Taipe no ha podido dejar atrás el horror de esa noche. Su esposo, Hipólito Garay Garibay, fue una de las víctimas. "Mi esposo había ido a la Plaza para organizar a las rondas. Yo lo iba a acompañar, pero me dijo: Quédate con los bebés, yo ahorita vengo", relata. No podía imaginar que pocos minutos después entrarían los terroristas y asesinarían a todos los que encontraban en la comunidad. "Al rato vino el presidente de la comunidad preguntando por mi esposo. Cuando le dije que estaba en la plaza, movió la cabeza y contestó: Los terroristas han matado a todos ", cuenta apesadumbrada. Fernandina corrió a la plaza y lo encontró muerto en el segundo piso de la Municipalidad. Los senderistas dejaron un mensaje escrito con sangre: " Así mueren los soplones ". Esa misma noche, Sofía Lapa Álvarez perdió a su padre, Francisco Lapa Álvarez. "Él era rondero. Estaba haciendo su ronda cuando llegaron los terroristas diciendo que eran militares y que habían llegado a ayudar a la población. Pero todo era mentira. Con engaños los llevaron al Concejo, los amarraron, los tiraron boca abajo y los mataron . A mi papá le cayó una bala por la oreja", sostiene. Su madre y sus dos hermanitos se salvaron porque unos vecinos los alertaron y se escondieron en el monte. Sofía vivía en Lima. Un par de meses antes viajó a la capital huyendo del terror. PROCESO EN CURSO El "caso Soras" está judicializado y las diligencias avanzan. El abogado de la Comisión de Derechos Humanos (COMISEDH), Hernán Barrenechea, refiere que han presentado varias pruebas de la responsabilidad del "camarada José". Una de ellas es el atestado N°019 de la DIRCOTE, de abril de 1985, cuando el senderista fue detenido junto a Sybilla Arredondo y otros mandos de la organización terrorista. Quispe Palomino acepta en su manifestación policial que participó en varios crímenes en la provincia ayacuchana de Víctor Fajardo, donde él era mando maoísta. Abimael Guzmán, quien cumple cadena perpetua, se ha negado a responder de sus actos, al igual que Osmán Morote. " Hay muchas evidencias que señalan a Guzmán y los demás miembros de la cúpula senderista como autores mediatos de la matanza de Soras", señala Barrenechea convencido. La llamada entrevista del siglo es una de esas pruebas , pues Guzmán admite que la cúpula planificó matanzas, como la de Lucanamarca, en abril de 1983, en la que 69 pobladores fueron asesinados. Está previsto que en octubre próximo se tomen los testimonios de testigos y familiares de las víctimas, para que colaboren y se logre que la verdad y la justicia lleguen finalmente. AÚN QUEDARÍAN 69 CUERPOS POR EXHUMAR La Comisión de Derechos Humanos (Comisedh) estableció una relación de 104 víctimas de la matanza de Soras , cuyos restos estarían enterrados en varios sitios. Hasta el momento se ha podido exhumar solo 35 cuerpos en fosas ubicadas en las comunidades de Soras y Doce Corral. Peritos del Instituto de Medicina Legal de Ayacucho tuvieron a su cargo el proceso de identificación de los cuerpos, tras lo cual fueron entregados a sus familiares en el 2011. Los restos fueron enterrados en el cementerio de la localidad en una ceremonia especial. En las próximas semanas Comisedh pedirá al juzgado que autorice la exhumación de cuerpos en dos fosas más , a fin de identificarlos y entregarlos a sus familiares. Se espera que este año se pueda retomar las exhumaciones, pero ello dependerá del presupuesto que se otorgue para ese fin. CONFESIÓN DE UN GENOCIDA “Frente al uso de mesnadas y la acción militar reaccionaria respondimos contundentemente con una acción: Lucanamarca, ni ellos ni nosotros la olvidamos , claro, porque ahí vieron una respuesta que no se imaginaron, ahí fueron aniquilados más de 80, eso es lo real; y lo decimos, ahí hubo exceso, como se analizara en el año 83, pero toda cosa en la vida tiene dos aspectos: nuestro problema era un golpe contundente para sofrenarlos , para hacerles comprender que la cosa no era tan fácil; en algunas ocasiones, como en ésa, fue la propia Dirección Central la que planificó la acción y dispuso las cosas , así ha sido”. En una entrevista al pasquín senderista El Diario, Guzmán se adjudica el asesinato masivo de campesinos desde 1983.