El buen ánimo nacional por Vizcarra, pero ¿hasta cuándo?,Todavía no se ha hecho una encuesta de opinión pública sobre el desempeño del presidente Martín Vizcarra, pero esta columna apostaría a que su aprobación es hoy largamente más de la mitad de la población y que hasta podría superar el 80%. Sería una encuesta un poco prematura pues Vizcarra solo tiene cinco días en la presidencia en los que ha visitado un hospital y un colegio, e ido a Piura para revisar el proceso de reconstrucción, con algunas declaraciones sobre temas sectoriales y evitando tratar asuntos políticos como la definición del nuevo gabinete. Ha tenido, además, un buen mensaje inicial sobre asuntos generales sobre los que es imposible estar en desacuerdo y donde ha establecido cinco ejes para su gobierno que, sin duda, requieren precisiones: ‘punto final’ a la confrontación política; lucha anticorrupción; estabilidad institucional; crecimiento económico con credibilidad y estabilidad; y mejora de la calidad de vida y la educación. Asimismo, ha tenido gestos simpáticos para mostrarse como un ‘peruano común y corriente’, como ir con su familia a almorzar al ‘10’ de la plaza de armas después de su juramentación, o enviar una carta de disculpa a los vecinos de su edificio por las molestias de los últimos días e informarles que se muda a Palacio. Es claro que Vizcarra pretende —y hace bien— marcar distancia con la administración de su predecesor, en las formas y en el fondo. Para empezar, cambiando a todo el gabinete. Esa es su tarea más importante en estos días. Tras su discurso inaugural del viernes, los siguientes dos hitos claves de su presidencia son la designación de su primer consejo de ministros, el lunes que viene, al final de la semana santa, pues eso será un indicador inequívoco del ‘alma’ que tendrá su gobierno; y la presentación del gabinete ante el congreso, en 30 días que prmitirá entender la relación que tendrá con el fujiaprismo. Al respecto, es irónico ver ahora a Héctor Becerril decir que “lo que decida Vizcarra, hay que apoyar, de manera sincera y directa, es lo que nos corresponde hacer en el congreso”. Es una expresión de un parlamento con el rabo entre las piernas y que es despreciado por la opinión pública. Mientras los mercados responden bien —la bolsa sube, el dólar cae—, el país se pone en modo ‘hakuna matata’ como expresión de la luna de miel que, enhorabuena, goza el presidente Vizcarra y que debería aprovechar porque es obvio que sería una ingenuidad creer que va a durar mucho tiempo pues, en pocos meses, estaremos de vuelta a la dura realidad.