Pero la pronta partida de Jaime Yoshiyama y Augusto Bedoya, sin duda para ahorrarse una prisión preventiva, sugiere que podría haber algunas pruebas adicionales a la declaración.,Todas las nuevas revelaciones de Jorge Barata son importantes, pero las de más impacto, y que pueden tener más consecuencias, son sobre Fuerza Popular. Pues el US$1,200,000 que Barata declara haber entregado a dos financistas inevitablemente afectarán en última instancia a quien es la jefa del principal partido del Congreso y todavía la candidata de fuerza para el 2021. Sin duda las revelaciones cubren un espectro mucho más amplio. Pero los demás partidos y figuras complicados tienen mucho menos posibilidad a futuro, y algunos de ellos incluso ya están para todo fin práctico fuera de la política. Si acaso todas esas campañas han recibido ese dinero, su situación varía de caso en caso, y cada uno se abre a su propia interrogante. Keiko Fujimori viene negando enfáticamente desde el inicio toda relación con el dinero de Odebrecht, y en esta oportunidad ha vuelto a hacerlo. Es cierto que hasta el momento la cosa es la palabra de Barata contra la suya. Pero la pronta partida de Jaime Yoshiyama y Augusto Bedoya, sin duda para ahorrarse una prisión preventiva, sugiere que podría haber algunas pruebas adicionales a la declaración. Por lo pronto está la lógica de los hechos. Si en efecto los financistas recibieron ese dinero, no se entiende bien por qué la constructora brasileña les hubiera entregado esa suma con otro destino que reforzar las arcas electorales de Keiko Fujimori. Que ella no se haya reunido nunca con Barata o con Marcelo Odebrecht parece secundario en estas circunstancias. Ninguno de los dos sindicados por Barata son aves de paso en el fujimorismo, sino figuras de primera importancia, con decenios de militancia activa, y de colaboración en las peripecias del partido en sus sucesivos membretes. Si, reconociendo la entrega, llegaran a decir que el dinero fue para ellos, nadie les creería. Pero antes de las consecuencias finales de todas estas revelaciones, algo que puede demorar mucho en llegar, están las consecuencias por el camino. Lo de Barata no va a ayudar mucho a Keiko Fujimori en la pugna por parlamentarios en Fuerza Popular, y va a dar más ánimo a quienes ya están investigando en Lima algunas causas vinculadas a ella.