Las elecciones regionales y municipales del 7 de octubre.,Uno podría pensar que las revelaciones sobre corrupción a gran escala, y la captura de algunos de sus responsables, podría desalentar esa mala costumbre peruana de muchas autoridades de llegar a un puesto público para enriquecerse a costa del erario, pero parece, más bien, que eso las alienta a robar con más entusiasmo, algo que no deja de ser importante este año de elecciones regionales y municipales. Por ejemplo, Alejandro Toledo organizó sus sobornos con la construcción de las carreteras durante su gobierno, poco después del colapso del régimen fujimontesinista en medio de uno de los mayores procesos de corrupción de la historia peruana, y a la que él se enfrentó en la campaña. Años después se empezó a revelar las graves implicancias de lava jato en el Perú que alcanzan a gran parte del espectro político, aunque es obvio que el soborno en la obra pública es un asunto muy antiguo, por parte de las mismas empresas brasileñas pero, también, de peruanas agrupadas en el ‘club de la construcción’. Y es previsible, también, que estos clubes para organizar la corrupción existan en diversos rubros de proveedores del estado, lo cual perjudica al ciudadano de muchas maneras: menos recursos para tareas indispensables del estado como la pobreza, servicios públicos e infraestructura inadecuados, para no hablar de la implicancia tan negativa de la decadencia moral que produce en los corruptos y en los que corrompen. Corrupción hay en todos lados pero la que más incomoda al ciudadano es la de los gobiernos regionales y municipales sobre todo distritales, por estar más cerca de la gente. En esos espacios la corrupción es espeluznante, lo cual se evidencia en la cantidad gobernadores regionales que han ido a la cárcel o los alcaldes que no paran de caer, como el de Chiclayo o, recientemente, de los distritos limeños de Santa Rosa, San Bartolo y Villa María del Triunfo, los tres de Solidaridad. En espacios como esos, como en VMT, se establecieron esquemas de crimen organizado para el tráfico de terrenos y cobrar por permisos municipales de todo, desde los de dentistas hasta los burdeles, pasando por los chifas y mercados. El próximo 7 de octubre los peruanos elegiremos a 26 gobernadores regionales, 196 alcaldes provinciales, 1,646 alcaldes distritales y 2,437 de municipalidades de centros poblados, además de miles de regidores y miembros de los GR. Lamentablemente, ir a votar ese día dejará la sensación en muchos de ir a votar para elegir a tu nuevo choro.