El riesgo creciente de PPK de no acabar su presidencia.,El oasis que apareció desde el jueves por la tarde en que Francisco llegó a Lima, termina esta noche apenas el Papa regrese al Vaticano, lo cual significará la reaparición de una turbulencia que el presidente Pedro Pablo Kuczynski tratará de administrar hasta la tregua siguiente de los previos del equipo de Paolo Guerrero en el Mundial de Rusia 2018, aunque quizá el plazo sea tan largo que, entonces, ya haya sido reemplazado por el vicepresidente Martín Vizcarra. El indulto sin vacancia dejó a una presidencia que ya era débil, mucho más débil, con un riesgo creciente por haber perdido el capital político y la credibilidad necesarias para superar una nueva crisis como la que estalló por el caso Westfield-First Capital a mediados de diciembre y que lo puso al borde de la vacancia. Aparece una nueva factura, y ya no la cuenta. En el mejor de los casos, esa nueva crisis lo obligaría a conseguir un premier lo suficientemente fuerte como para que quede claro que, en la práctica, ha sido puesto de lado. En el peor, llegaría la vacancia o, un poco antes, la renuncia de PPK, bajo el lema de ‘al mal paso dale prisa’ a favor de la gobernabilidad porque el final de su presidencia sería inminente, y su relevo por el vicepresidente Vizcarra el único camino para no llegar a la dimensión desconocida. Ocurre que el presidente Kuczynski superó en diciembre la vacancia pero, por la manera como indultó a Alberto Fujimori, quedó tan débil que la chequera de cometer errores de su gobierno ya se quedó sin cheques. Un nuevo traspié y lo liquidan. Richard Acuña, congresista de un partido como APP que hasta hace poco apoyó de muchos modos a PPK, dijo ayer en El Comercio: “Presidente, no va a tener una oportunidad más”. Ante la aparición de otra acusación, y con una baja aprobación en la opinión pública, habrá al menos 103 votos en el congreso que ya no le darían esa “oportunidad más”: FP 61, Frente Amplio 10, Nuevo Perú 10, APP 8, Apra 3, y no agrupados 11. A su vez, el respaldo de la inversión al presidente ha caído bastante -ver lo que pasó en el último CADE- y, a diferencia de cómo estaban las cosas en diciembre pasado, hoy ya pocos se asustarían si a PPK lo reemplazara Vizcarra; algunos hasta lo verían como un camino preferible. Lo que a la empresa le preocupa en el fondo es un adelanto electoral que abra la incertidumbre de quién ganaría. Y para viajar desde el breve oasis de Francisco hasta la próxima tregua que se generará con los previos mundialistas del equipo de Paolo, falta todavía muchísimo tiempo.