Matemáticamente, ¿puede PPK aún salvarse el jueves?,El final del presidente Pedro Pablo Kuczynski parece la crónica de una vacancia anunciada, pero no desde la semana pasada sino desde que le ganó a Keiko Fujimori y ella no pudo controlar un resentimiento que, en vez de disminuir, no paró de crecer. Los números favorecen la teletón de la vacancia organizada por el fujiaprismo, que ya tendría 86 de los 87 votos requeridos: 71 de FP (sin Kenji, pero con su topo Vilcatopa), 4 del Apra (los 5 menos Jorge del Castillo), 10 del Frente Amplio de Marco Arana y uno del fujimorista disfrazado de pepekausa que fue Roberto Vieira. Pero en política, como en el fútbol –como bien sabemos los peruanos–, en el tramo final todo puede pasar, hasta lo inesperado. ¿Matemáticamente, ya fue PPK o aún podría ocurrir el milagro como cuando pasó a la segunda vuelta dejando en el camino a Verónika Mendoza, o cuando al final le ganó a Keiko Fujimori contra todo pronóstico, incluyendo el suyo? Aunque esta columna no esté de acuerdo con todas estas iniciativas, aquí van algunas que PPK podría usar para mover el marcador en las que serían sus últimas 48 horas en Palacio: a) La renuncia de los dos vicepresidentes Martín Vizcarra y Mercedes Aráoz, con lo cual Luis Galarreta asumiría la presidencia y tendría que convocar a elecciones generales que dejarían sin chamba a los congresistas que van a votar y botar el jueves. b) Que la premier Aráoz haga cuestión de confianza y exija su debate antes de la moción de vacancia; y si ella no quiere, reemplazarla al toque por Daniel Urresti para que lo haga. c) Indultar a Alberto Fujimori para que algunos de FP cambien su voto. d) Explicarles a las bancadas aún indecisas que su decisión de apoyar la vacancia es suicida porque, desde este jueves, quedarían en manos de FP para que haga lo que quiera con ellos, con la complicidad del Apra. Esto último incluye la eventual presidencia de Vizcarra, quien debiera preguntarse qué podría llevarlo a pensar que Keiko Fujimori y su partido FP tendrían un comportamiento ético, sustentado en el fair play y acorde con el espíritu de la ley, si nada de lo que han hecho en el último año permite esperar que vaya a ser así. Son escenarios poco probables, pero no descartables en esta dimensión desconocida que es la política peruana, aunque ello requeriría que PPK cambie, en los descuentos, su vocación por perder por W.O. frente al fujiaprismo en el juego de la política. Pero es obvio que aún si salva la vacancia, PPK ya es un lame duck. Así estamos, pues, porque ni él ni Keiko estuvieron a la altura del desafío.