Una comisión del Congreso que se usa como chaveta.,La insólita presencia de la congresista Rosa Bartra en el allanamiento de un local de Fuerza Popular no solo es una expresión de la incompatibilidad para que ella presida la comisión lava jato sino, también, una reiteración de la inconveniencia de este tipo de grupos parlamentarios para investigar a políticos pues, en vez de abocarse a la búsqueda de la verdad, se dedican a blindar a sus jefes y a perseguir a sus enemigos. El jueves, mientras se producía el allanamiento judicial de la sede de Surco, donde despacha Keiko Fujimori y su estado mayor, destacaba la presencia de Bartra, pero no por sus virtudes, ciertamente, sino porque ella preside nada menos que la comisión lava jato que debe investigar, entre muchos otros asuntos, el financiamiento electoral de su partido. La incompatibilidad salta a la vista, pero en el caso de Bartra no solo por su militancia en FP, sino por su manera alucinadamente obsecuente con los intereses de Keiko Fujimori cuando maneja la comisión. Cuando su jefa responde en el Facebook a las acusaciones de lava jato, a esta increíble señora no la detiene ni el cargo que ejerce y se lanza a ponerle ‘likes’ con desenfreno. Pero habría que ser muy ingenuo para recién darse cuenta de que Bartra es una estafa para esta comisión por su presencia durante el allanamiento judicial, pues basta verla conducir cada sesión del grupo lava jato para darse cuenta de que ella no investiga sino que blinda a sus patrones y persigue a los enemigos políticos de ellos. La clave de su comportamiento acaso la ofreció su colega de bancada Luz Salgado: “A mí me avisan que están allanando este local, yo vengo. Antes que nada, somos militantes”. Luego de ser ampayada en el momento del allanamiento, y cuando algunos parlamentarios le pedían, comprensiblemente, su renuncia a la presidencia de la comisión lava jato, la muy increíble señora Bartra respondió que “tengo un deber moral que cumplir con mi país, que es conducir una comisión que investiga a cuatro gobiernos, así que ese cargo lo voy a cumplir como lo hemos venido haciendo, con criterios de independencia, objetividad y de respeto”. Es decir, todo lo que no ha estado haciendo Bartra al frente de la comisión lava jato. Pero antes que hablar mal de ella, su comportamiento demuestra que poner a políticos a investigar a políticos es un absurdo, y confirma que la comisión parlamentaria lava jato es contraproducente para el objetivo de contribuir con la justicia mediante la búsqueda de la verdad.