Por no parar a tiempo a los matones de Fuerza Popular.,El presidente Pedro Pablo Kuczynski y el premier Fernando Zavala son los responsables principales de este choque de poderes con un desenlace que estará entre, por un lado, la pretensión de la vacancia presidencial; y, por el otro, la respuesta de la disolución del congreso. Hay escenarios intermedios que podrían lograrse, pero este choque es muy negativo para el país. Su origen no es otro que la sed de venganza de Keiko Fujimori y su bancada por perder en 2016 por sus propios errores. Pero el responsable principal de la grave crisis actual no es el fujimorismo sino el gobierno. La irresponsabilidad de Fuerza Popular es un dato de la realidad, como Lava Jato o los huaicos del verano, frente a lo cual PPK y Zavala debían actuar. Y lo hicieron, lamentablemente, de la peor manera, cediendo a la prepotencia y las majaderías de FP, dejándose faltar el respeto y creyendo que, mediante concesiones sucesivas, Keiko Fujimori y su grupo podían moderar su agresión. Era obvio que no iba a ser así, tal como se le advirtió desde muchos lados al presidente y al premier, pues a más le daban a FP, más pedían, consolidándose en ellos la percepción de que la capacidad de humillación del gobierno era infinita. Hasta que anteayer, por fin, el gobierno hizo, a propósito de la censura a la ministra de Educación, lo que debió hacer, en diciembre pasado, cuando ocurrió lo mismo con su antecesor: hacer una cuestión de confianza de la interpelación. Acostumbrados a golpear sin tener respuesta, FP está hoy sorprendido con la cuestión de confianza. Tan sorprendido como el hombre que, después de golpear a su mujer durante mucho tiempo, esta le dice basta, lo denuncia y lo deja. O tan sorprendido, también, como quedó Vladimiro Montesinos cuando, después de robar y destrozar el marco institucional junto con Alberto Fujimori, este le dijo que convocaba a elecciones tras el escándalo de los videos de la corrupción. Y, entonces, FP reacciona mintiendo que un gabinete no puede hacer una cuestión de confianza, y lo acompañan en la desesperación por no perder su curul los parlamentarios del Apra, Frente Amplio, Acción Popular e, increíblemente, hasta de otros ganapanes de la bancada PpK. Si el gobierno hubiera respondido a tiempo, en diciembre pasado, como ahora, las cosas hoy serían distintas. Ahora al presidente y al premier solo les queda afinar su estrategia, sin titubear, para una situación compleja, buscando que se cumpla el objetivo de que prevalezcan los principios.