No es difícil imaginar lo que hubiera en un Perú gobernado por Sendero Luminoso. El culto religioso a un líder máximo con aspiraciones mundiales en una sociedad militarizada, una escenografía oriental polícroma de fondo, y consignas ideológicas llenando todos los espacios de la vida. Bienvenidos a Corea del norte, CDN. Pero Abimael Guzmán no trajo sus ideas y su estética de Pyongyang, sino del Beijing en vísperas de la sangrienta agitación de banderas rojas que fue la Revolución cultural. Pero mamó de la misma puesta en escena estalinista de la dinastía Kim. Durante largos decenios el Perú se abstuvo de tener relaciones con CDN, como consecuencia automática de nuestra ubicación en la guerra fría. La teoría fue que abrir relaciones con CDN iba a producir la ruptura con Corea del Sur, CDS. Pero en 1988 las relaciones con el norte fueron establecidas, y las relaciones con CDS se mantuvieron. ¿Por qué se produjo el cambio? El gobierno militar ya había fortalecido las relaciones con el bloque comunista, y Pyongyang era una excepción, que solo se explicaba por el lobby de Seúl. Al final fue la activa diplomacia de CDN frente al partido de gobierno aprista la que logró cambiar una situación originada en los años 50. Ahora el Perú ha emprendido el camino de regreso, al declarar no grato al embajador de Pyongyang en Lima y de ese modo bajar de rango las relaciones con CDN. Lo cual corresponde a una decisión colectiva del Consejo de seguridad de la ONU, aunque promovida en América Latina por el vicepresidente de los EEUU. CDN ha respondido que aquí estamos “añadiendo gasolina al fuego”. Un comentario que no parece específico para el Perú, sino para las sanciones adicionales que acaban de ser aplicadas a CDN. Kim Jung Un las ha llamado despiadadas y ha anunciado que a partir de ahora escalará todavía más su programa nuclear. La medida diplomática peruana es parte de la decisión de Pedro Pablo Kuczynski de acompañar las preocupaciones de las potencias occidentales frente a dos gobiernos considerados muy peligrosos: Venezuela primero, y ahora CDN. Sin duda tendrá cosas que decir sobre esto cuando llegue al podio de la 72º Asamblea General de la ONU.