Por: Fabiola Luna,La próxima visita del Papa al Perú, se espera con entusiasmo y esperanza. Cuando anunciaron los lugares que iba a visitar, Lima, Trujillo y Puerto Maldonado, éste último llamó la atención. La respuesta la dio Monseñor Cabrejos: “es el símbolo de los pueblos originarios, la amazonia y la ecología” . Temas altamente sensibles para el Papa, a los que trata en su encíclica “Laudato si”. Esta encíclica habla sobre nuestra casa común, la tierra, que es como una madre que nos acoge en sus brazos. Pero esta madre gime por el daño que le hemos causado con el uso irresponsable de sus bienes (1-2). Para cuidar la casa común, que está maltratada, el Papa nos propone un modelo bello: Francisco de Asís, que inspira una ecología integral, porque él supo integrar la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior (10). La encíclica tiene nueve ejes o temas que la atraviesan, y que aparecen constantemente replanteados y enriquecidos (16). El primero es la “íntima relación entre los pobres y la fragilidad del planeta”, no hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental (139). Madre de Dios En Madre de Dios, cuya capital, Puerto Maldonado, va a visitar el Papa, se puede ver cómo la degradación ambiental está unida al empobrecimiento de las poblaciones. En esta región se ubica uno de los centros, más grandes de minería ilegal de oro, con sus consecuencias sociales funestas que nombra el Gobierno: “… los impactos negativos de actividades como la producción ilegal de oro en Madre de Dios, con su secuela de destrucción de bosque amazónico, explotación infantil y prostitución” . Ante esta dura realidad para el Gobierno: “Solo un esfuerzo conjunto nos permitirá combatir los impactos negativos de la producción ilegal de oro…”. Nos preguntamos si ya existe este “conjunto”, porque de no haberlo todavía, no habría real voluntad política para terminar con esta situación que ya tiene tiempo y, se seguiría haciendo, más de lo mismo, es decir, nada. En Madre de Dios viven muchos pueblos indígenas u originarios. Para Francisco ellos no son una minoría cualquiera, sino los verdaderos interlocutores en la defensa de sus tierras. Las tierras para estos pueblos no son un bien económico, sino un espacio sagrado con el que interactúan para sostener su identidad y sus valores (146). Sin embargo, estas tierras están amenazadas por los proyectos extractivos y agropecuarios, que no respetan sus derechos, ni los hacen partícipe de los beneficios económicos. Estos proyectos están avalados por normas legales que los justifican con el pretexto de reactivar la economía del país. En el Perú, las tierras de estos pueblos requieren saneamiento y titulación para que no las pierdan progresivamente. La especial atención que, merecen y requieren, no la reciben porque predomina una visión consumista que tiende a homogeneizar y atropellar las culturas. La Amazonía Francisco considera que la Amazonía es uno de los lugares del planeta que requiere, un cuidado particular, por su enorme importancia para el ecosistema mundial. Pero le preocupa los grandes intereses económicos internacionales que están tras ella. Rechaza la propuesta de internacionalizarla porque bajo el pretexto de cuidarla, solo serviría a los intereses de las corporaciones transnacionales, que no tienen en cuenta las soberanías nacionales (38). En la Amazonía peruana no hay visos de un proceso que tienda a detener la deforestación, la contaminación de los ríos y la depredación de las especies, todo lo contrario. Se considera que la defensa del medio ambiente se opone al desarrollo, pero esto no es cierto porque existe la posibilidad de encaminarnos hacia el desarrollo sostenible que, hace compatible el cuidado del medio ambiente y, la buena marcha de la economía del país. Pero cuando se busca un rédito económico rápido y fácil, no interesa, estorba. Esto no se puede permitir, dice Francisco, no puede ser posible que unos pocos obtengan beneficios haciendo pagar a las mayorías los altísimos costos de la degradación ambiental (36). La ecología integral El Papa propone asumir una ecología integral (143) que va más allá de la ecología ambiental. La ecología integral incorpora claramente las dimensiones humanas y sociales, y abarca todos los campos, el ambiental, el económico, el social, el cultural y también la vida cotidiana (147-148). En enero del 2018, esperamos las palabras del Papa que nos animen a responder al desafío de cuidar la casa común, unos y otros.