La prisión preventiva dictada contra Ollanta Humala y Nadine Heredia ha sido el tema más comentado de los últimos días desatando –como es lógico– un ardoroso debate a favor y en contra que llega al extremo del enfrentamiento agresivo. Me encuentro entre quienes creen que la prisión preventiva es un exceso pero usaré para esta columna los argumentos de aquellos a quienes difícilmente se les podría considerar humalistas o #NadineLovers. Empezaré con Ricardo Vásquez Kunze quien sorprendió con una columna en Politico.pe. en el que marca distancia con quienes se regodean en la desgracia ajena y expresa claramente lo que muchos sentimos: pesar por esta tragedia política para el país. “No estoy de acuerdo con la prisión preventiva de dieciocho meses…Es un exceso y un abuso del derecho. El juez Carhuancho ha juzgado por adelantado otros casos que están en curso en otros despachos judiciales y fiscales para emitir su fallo…Eso es inadmisible…”, escribió el analista. En el mismo tono, el periodista Jaime De Althaus comentó en su cuenta de twitter, “un exceso la prisión preventiva de OH y NH. Discrepé con ellos pero no avalo injusticias”. Casi de inmediato fue blanco de críticas y hasta insultos. ¿Alguien podría pensar que el economista Pablo Bustamante es defensor de Humala? Claro que no. Él ha escrito, “En Perú, sin juicio ni condena un juez dicta prisión preventiva a ex presidente Humala. Mala decisión, ojalá sea error y no agenda política”. El diario Correo ha manifestado en su editorial, “el que defendamos el cumplimiento de un fallo judicial no quita que expresemos algunas reservas sobre la dura medida aplicada por el mencionado magistrado contra el exmandatario y su esposa, la cual fue resuelta sobre la marcha, frente a las cámaras de televisión, sin un análisis mayor…” Otras voces se han sumado a calificar la prisión preventiva como injustificada. Entre ellos, Ántero Flores Aráoz y destacados penalistas como Mario Amoretti, Luis Lamas Puccio y hasta César Nakasaki. ¿Le dirán humalista a este último?, seguro que no.