¿La responsabilidad política siempre implica la renuncia?,Todo ministro es un fusible listo a ser cambiado para no dañar a todo el aparato y, especialmente, a la cabeza del mismo, es decir, al presidente de la república, pero, a veces, hacer un cambio sin motivo sólido puede producir inconvenientes. El planteamiento viene a propósito de la salida del gabinete de Patricia Balbuena por una denuncia en el ministerio de cultura por la contratación, por S/350 mil, de una empresa vinculada al viceministro Luis Villacorta para realizar trabajos relacionados al rally Dakar, lo que plantea un conflicto de interés señalado en la ley. No hay duda de que es una situación irregular. Tampoco hay duda de que un ministro siempre es responsable político del sector, por lo que debe dar la cara ante cualquier problema. Sí hay duda, en cambio, sobre si la responsabilidad política requiere necesariamente la salida de un ministro cada vez que hay un cortocircuito. Especialmente en un caso como este en el que es claro que Balbuena no estaba al tanto de la irregularidad; que la selección la hizo un comité al que ella no pertenece; que ella no se beneficiaba con esa contratación específica; y que la ministra no respondió encubriendo el problema. La noticia divulgada por el programa Panorama dio lugar a un pedido del Apra para una interpelación parlamentaria que, sin embargo, no parecía tener el respaldo suficiente para terminar en censura. En ese contexto, unos días después, la ministra Balbuena anunció su renuncia, aunque parece evidente que eso fue consecuencia de un pedido realizado por el presidente Martín Vizcarra. El de ministro de estado es uno de los cargos de mayor confianza que puede haber, y la estabilidad del mismo depende, por ello, de la voluntad del presidente de la república. Eso es indiscutible. El puesto de ministro implica, además, actuar como fusible a ser cambiado apenas se sienta el primer olor a chamuscado, y eso es lo que ha hecho hasta ahora el presidente Vizcarra cada vez que ha surgido algún problema en algún sector. De hecho, Balbuena es la quinta integrante del consejo de ministros que deja su cargo a pedido del presidente Vizcarra, seguramente buscando cortar por lo sano antes de que el problema crezca y lo alcance. El apuro por desprenderse de un ministro al primer olor a quemado podrá ayudar a la investigación pendiente, pero también puede dejar la imagen de un presidente excesivamente preocupado por su imagen personal, lo cual tampoco es bueno.