La marcha por la vida, o como se quiera llamar a una movilización de personas que quieran protestar por el precedente aprobado en la Comisión de Justicia sobre la unión civil, no forma parte de la agenda de la ciudad, por lo tanto, no puede recibir ningún tipo de financiamiento de los fondos municipales.
Ya existía una factura con la que se estaban pagando polos, globos y matracas, pero ante la evidente ilegalidad de este gasto, la municipalidad emitió un comunicado bastante incongruente que señala que no existió, pero que fue anulado. En todo caso, los 9.200 soles por el servicio estuvieron a punto de gastarse en una actividad grupal, privada, de cierto sector conservador que está en desacuerdo con una propuesta que se debatirá en el Congreso en estos días.
La unión civil busca regular derechos patrimoniales y personales de una pareja, del mismo sexo o no, que no está casada formalmente, pero que mantiene una convivencia. Se ha planteado como una alternativa para la comunidad LGTB, afectada por políticas en las que no se les reconoce el derecho de administrar y legar sus propios bienes en beneficio de la pareja.
La unión civil es una realidad en diferentes países, incluso vecinos. Ha sido obtenida tras profundos debates de la sociedad, en los que se han tenido que mostrar realidades injustas que han pesado más que los prejuicios.
Más que exacerbar el clima tan polarizado en la sociedad con marchas, la MML ha podido promover debates donde se expongan las razones a favor y en contra de la unión civil. La democracia obliga a la búsqueda de consenso en puntos que no resultan fáciles, pero que deben abordarse con altura, sin pasión y la máxima información para que cualquier acuerdo que se obtenga sea después de un debate alturado y contando con todos los elementos para decidir bien.