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Grave escasez de medicamentos

Las denuncias de los pacientes son claras: no hay medicamentos en los hospitales y postas.

El desabastecimiento de medicinas perjudica a miles de pacientes de los servicios públicos, en especial a los afectados por enfermedades como el VIH, el cáncer o la diabetes; mientras somos testigos del peloteo, esta usual forma en la que nadie asume responsabilidad, y se diluyen las potenciales sanciones.

Lo lamentable del asunto es que los enfermos deben pagar en las farmacias privadas el valor de las medicinas. Quienes carecen de dinero podrían agravar o complicar aún más su salud, máxime si se trata de una dolencia crónica que requiere tratamiento permanente. En un país en el que el índice de pobreza y pobreza extrema ha crecido, esta situación ya no corresponde a casos particulares, sino que se multiplica y se convierte en común.

Cenares, que es dependiente del Minsa y se encarga de gestionar la compra de medicinas, asegura que su dependencia adquiere el 60% de la medicina y el otro 40% es responsabilidad de las unidades ejecutoras de los propios hospitales. Que no existe desabastecimiento, sino que en regiones, fundamentalmente, no hay correcta planificación de lo que se requiere. Y a la hora de pedir medicamentos, no se han hecho bien los cálculos.

Esta información proporcionada por Cenares puede ser correcta, pero no resuelve el problema. Se han detectado por lo menos 20 hospitales donde no hay hasta 120 tipos de medicamentos esenciales para el tratamiento de pacientes con enfermedades crónicas, diabetes, cáncer y el VIH, además de material de cirugías, enfermedades mentales, entre otros.

Una investigación realizada recientemente da cuenta de que de cada 10 pacientes, 7 se ven obligados a adquirir sus medicinas en farmacias privadas por el desabastecimiento en el sistema público de salud. Esa situación que es persistente ahora se agrava con esta falta de cálculos correctos de consumo de medicamentos, que aparentemente, y según Cenares, es responsabilidad de los hospitales.

Cabe agregar que la solución es que se salga a comprar masivamente medicinas en el mercado nacional e internacional, con el riesgo de los plazos tan cortos y los procesos tan tardíos y complejos. Se trata de remontar una situación grave y de alto riesgo para miles de personas. Las respuestas burocráticas no sirven. Y menos el peloteo.

La República

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